El cambio de hábitos en el turismo interno está siendo patente este verano. Basta con echar un vistazo a las redes sociales o hablar con conocidos y dos impresiones se repiten: hay menos gente en destinos tradicionalmente turísticos y más gente en lugares donde no era habitual encontrarlos en verano.
Pero, ¿es solo una impresión? ¿Qué hay de realidad en ello? Los cambidos de mentalidad y una nueva generación de turistas se han unido y este verano están empezando a verse las consecuencias. Positivas para unos, y negativas para otros. Porque como casi todo en esta vida, todo depende del cristal con el que se mira.
Cambio de hábitos en el turismo interno: claves.
Hay muchas razones por las que se está produciendo un cambio de hábitos en el turismo interno. Estas son las principales claves que explican esta revolución silenciosa pero evidente.
Presupuesto moderado y subida de precios cambian los hábitos en el turismo interno
Es cierto que la subida de la inflación y la dificultad de los jóvenes para acceder a una vivienda minimizan los presupuestos para las vacaciones. Los presupuestos más reducidos requieren darle más vueltas al coco para optimizarlo y que realmente sean factibles unas vacaciones con menos dinero.
Si a esto le añadimos la subida de las tarifas de hoteles y los precios de bares y restaurante, está claro que la economía es un factor clave para el cambio de costumbres, hábitos y destinos del turista.
Esto hace que se elijan más apartamentos y menos hoteles. Que se coma o cene menos en restaurantes y se combine con más picnics, compra de comida hecha en supermercados y cenas en los apartamentos. Que se prefiera un tapeo o una comida rápida a un almuerzo o cena formal, que tiene un coste monetario superior.
También es una de las razones por las que ha aumentado el turismo local de proximidad. Para muchos, las excursiones son los nuevos viajes.
Aumento de la fobia al turismo de masas y al turismo gamberro
El turismo de masas implica colas, agobios, esperas. La capacidad de frustración se pone a prueba a cada paso en los destinos hipermasificados. Pelear por espacio para poner una toalla en la playa o hacer cola tres horas al sol para acceder a un museo no es algo por lo que todos estén dispuestos a pasar en sus días de asueto.
A esto hay que añadir que una buena parte de los destinos masificados en verano se han convertido en destinos de turismo gamberro. Y si no quieres esquivar peleas y borrachos, estás harta de gritos y vandalismo, es razón más que suficiente para buscar un destino vacacional diferente.
Por eso la búsqueda de destinos poco masificados diversifica la oferta, la dispersa en lugar de concentrarla.
Búsqueda de destinos instagramables
Podemos ponernos todo lo exquisitos que queramos, pero el turismo tiene, cada vez más, mucho de postureo.
No es nuevo, desde hace décadas siempre ha habido quienes presumían de vacacionar en tal o cual lugar, o quienes sometía a sus allegados a interminables sesiones de ver álbumes de fotos o diapositivas de sus vacaciones.
Ahora las redes sociales hace que sea más habitual y visible. Y ante dos posibles destinos, en un porcentaje importante de casos se elige el más instagramable, el que mejor va a lucir en las fotografías de las vacaciones. Y eso hace que se produzca un verdadero cambio de hábitos en el turismo interno.
No es una cosa minoritaria. De hecho, muchas poblaciones ya apuestan por crear rincones específicos para que los turistas se fotografíen en ellos y los suban a las redes sociales. Grandes carteles o instalaciones más o menos artísticas con el nombre e la población, por ejemplo. Marcos gigantes tras lo que se ven bonitas vistas aún a costa de limitarlas. Y también columpios para adultos en espacios naturales y bancos originales mirando al infinito ya abundan.
Huida del calor en busca de destinos más frescos
El calor se está revelando como una de las principales razones para el cambio de hábitos en el turismo interno y en el internacional. Algunos de los destinos turísticos tradicionales de costa han sufrido temperaturas medias más elevadas estos últimos veranos, con picos realmente destacados. Algo que limita el disfrute e incluso influye en la salud.
Además, la población que viven en zonas cálidas del país con frecuencia en sus vacaciones busca un cambio, un lugar más frescos en el que sentirse mejor durante ese tiempo. Los destinos turísticos para no pasar calor van ganando peso.
Deseo de vivir nuevas experiencias
Otra de las razones del cambio de hábitos en el turismo interno es el deseo de vivir nuevas experiencias. Quien busca este tipo de vivencia vacacional no se siente bien dedicando las vacaciones a pasar horas en la playa al sol durante toda su estancia. Busca experiencias distintas, ya sean originales, ya sea algo que ha probado, le ha gustado y en lo que quiere repetir.
Este tipo de expriencias suelen tener un coste que se resta de otras partidas. Se ahorra en el alojamiento sea reduciendo los días de estancia o la calidad del mismo. Se gasta menos en restaurantes o se eligen destinos de turismo más cercano.
A cambio, se gasta más en otros sectores y servicios. Navegar en vacaciones, viajar en globo, hacer actividades deportivas en el mar o en la montaña. Ganan peso los spas con propuestas originales, los scape rooms y las visitas a parques temáticos, entre otros.
Teletrabajo y su influencia en el cambio de hábitos en el turismo interno
El teletrabajo ha llegado para quedarse, y su influencia es evidente en el cambio de hábitos en el turismo nacional. La flexibilidad que proporciona es la principal razón.
El poder pasar los meses de verano trabajando en un lugar diferente a la residencia habitual, hace que los días de vacaciones estivales se disfruten también en ese destino elegido.
Es así cuando los teletrabajadores o nómadas digitales eligen una zona agradable para teletrabajar en verano. Como la zona de playas del Cantábrico o en pueblos de montaña de diferentes puntos de la península. Pero también cuando personas que tuvieron que marchar a ciudades Madrid o Barcelona a trabajar puedes pasarse semanas en sus lugares de origen y no solo unos pocos días al año, teletrabajando unas horas y disfrutando con su familia y amigos el resto del día.
Días vacacionales más repartidos durante el año, vacaciones de verano más cortas
Si hace algunas décadas tener un mes de vacaciones en verano era lo habitual, hoy en día lo más común es un mejor reparto de las vacaciones a lo largo de todo el año. Son más puentes y semanas fuera de temporada.
Ese es un importante cambio de hábitos en el turismo interno que explica por qué hay menos turistas nacionales en verano en destinos tradicionalmente repletos. Disponer de días en temporada baja hace que se elijan destinos diferentes a los tradicionales de sol y playa, sea para viajar dentro del país o a destinos internacionales.
Nuevas generaciones de turistas con costumbres y gustos diferentes.
Los nacidos en el año 2000 ya tienen 24 años, y los del 1990, 34. Son generaciones con diferentes hábitos en su vida cotidiana a los nacidos en los 80, en los 60 o incluso más atrás. Y esos hábitos también repercuten en la forma en que deciden vivir sus vacaciones.
Si a diario la gastronomía no es su prioridad, no pasa a serlo en verano. Si un porcentaje relevante prefiere las actividades deportivas, eso se traduce en la elección del turismo activo frente al de relax. Cuando el salir de bares no es algo que hagan en su vida cotidiana, raramente lo elegirán en vacaciones.
