¿Un año más se te ha echado Semana Santa casi encima sin haber planificado las vacaciones? Y ahora no sabes para dónde tirar, pero no quieres viajar lejos para aprovechar al máximo los días. Te proponemos entonces 4 destinos nacionales para las vacaciones de Semana Santa.
* ÁVILA. Su Semana Santa está declarada de Interés Turístico Internacional, sobria y sobrecogedora. Pero además de pasos procesionales, es una ciudad perfecta para disfrutarla a tope de la mañana a la noche, un lugar en el que comer bien (imprescindible probar las tradicionales yemas de Santa Teresa) y donde es posible tapear de maravilla, una ciudad de la que merece mucho la pena conocer su rico patrimonio histórico y muy, muy fotografiable.
* PIRINEOS DE HUESCA. Si lo que te gusta son los deportes de nieve y aventura, los Pirineos son un buen destino para estas vacaciones; puedes optar por alguna de sus prestigiosas estaciones de esquí, salir de marcha en ciudades como Jaca, practicar senderismo (atención a los avisos de protección civil según esté la meteorología) y alojarse en coquetas casas y hoteles rurales llenos de encanto y , disfrutar de la gastronomía de la zona.
* RIOJA ALAVESA. Si te gusta el vino, la Rioja alavesa es un buen destino turístico; además de hacer rutas por las mejores bodegas de la zona para ver cómo elaboran sus vinos y probar catas y maridajes, podrás visitar pueblos llenos de encanto como Elciego o Laguardia, visitar los dólmenes prehistóricos de la zona, disfrutar de una rica gastronomía en la que es posible decantarse tanto por lo tradicional como por la cocina de vanguardia o someterse a tratamientos de vinoterapia en Spas como el de Laguardia.
* VALLE DEL JERTE. Se prevee que este año la floración de los cerezos del Jerte y con ello el maravilloso espectáculo visual que nos regala la naturaleza de la zona, coincida con los días de Semana Santa. Si todo va bien, sólo esto ya es motivo para viajar a esta zona de Extremadura. Un viaje en el que también puedes aprovechar para disfrutar de paseos a caballo por la zona, practicar deporte de aventura, degustar la cocina típica de la zona, conocer las gargantas naturales del río (quizá te apetezca regresar en verano para bañarte en ellas) y, tal vez, hacer desde sus pueblos escapadas a otros lugares de la comunidad, famosos por sus patrimonio histórico y sus ritos de Semana Santa.
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