En los últimos tiempos la oxigenoterapia se ha puesto muy de moda y ha pasado de ser un tratamiento elitista sólo al alcance de unos pocos afortunados a convertirse en un tratamiento que muchos centros estéticos y de salud ofrecen a sus clientes. Sus beneficios son múltiples y variados, por eso resulta tremendamente interesante.
La oxigenoterapia permite aspirar oxígeno en una mayor proporción que cuando lo respiramos del aire en plena naturaleza. Esa mayor proporción aporta beneficios tales como disminuir el estrés, lo que lo hace muy interesante en ciertos momentos de la vida y casi imprescindible para algunas personas por su trabajo y su estilo de vida ajetreado.
Uno de sus efectos más interesantes desde el punto de vista de la salud es que ayuda a reforzar el sistema inmunitario.
Muchos deportistas de élite utilizan la oxigenoterapia para recuperarse tras la práctica de ejercicio si no habitualmente, al menos si en ciertas ocasiones.
Otros de los beneficios de la oxigenoterapia es la activación de la circulación sanguínea, que si bien es interesante para cualquier persona, para algunos es además una terapia necesaria para mejorar su salud.
Pero el oxígeno respirado en mayor concentración también activa la mente, despierta los sentidos y, a largo plazo, mejora la concentración, la agilidad mental y la memoria.
Quienes padecen problemas para conciliar el sueño también pueden beneficiarse de la oxigenoterapia pues favorece un sueño reparador, más tranquilo y profundo.
Desde el punto de vista de la estética, se ha demostrado que esta terapia es capaz de estimular y favorecer el bronceado, por lo que en ocasiones se emplea de este modo, si bien no es la razón principal de recibir el tratamiento y generalmente sólo es un efecto colateral más de otros beneficios estéticos: la piel presenta mayor brillo y firmeza porque la regeneración celular se estimula con esta técnica y esa es la muestra física de ese efecto tan interesante también para los órganos internos.
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