Si padeces migrañas, debes saber que la alimentación es uno de los factores que tiene incidencia directa en ellas. Hay ciertos alimentos que debes evitar, porque hacen que estas aparezcan o sean más fuertes, y ciertos alimentos que debes incluir en tu dieta habitual, porque te ayudarán a que las migrañas sean menos y más suaves.
Entre los alimentos prohibidos y que deberías evitar a toda costa están el chocolate, el café y el alcohol. Desterrarlos de tu dieta es lo mejor que puedes hacer, porque no te hacen ningún bien.
Quizá sean de esos de los que crees que no pueden prescindir, y es que los tres pueden crear cierto hábito de dependencia, pero si lo piensas fríamente verás que no te compensa seguir consumiéndolos; la supuesta satisfacción que te puedan reportar al momento no compensa el malestar y el dolor de las migrañas, ¿no crees?
Si eres de las afortunadas que no suelen consumirlos o lo haces muy esporádicamente, enhorabuena, lo tendrás muy fácil para evitarlos por completo.
Hay tres grupos de alimentos (podríamos llamarlos así) que se presupone que tienen una incidencia negativa en un porcentaje muy alto de las personas que sufren migrañas. Estos tres grupos son los lácteos, los fritos y las grasas. Si sueles incluirlos en tu dieta habitual, prueba a prescindir de ellos por unas semanas y comprobar si notas una mejoría. Si sólo los tomas de vez en cuando, anota el día que los has tomado para observar si coincide con algún episodio de migrañas más o menos fuerte.
Aquí la clave es observar y saber si perteneces al grupo de personas a las que este tipo de alimentos afecta o no, para poder actuar en consecuencia.
Respecto al tipo de alimentación que deberías seguir, es recomendable para las personas que sufren migrañas el reducir en su dieta la cantidad de proteínas de origen animal. Prueba a sustituir varios días a la semana la carne o el pescado por alimentos como el tofu, el seitán, la carnita o el tempeh, por ejemplo. También puedes obtener proteína de alto valor biológico uniendo en una misma comida, legumbres y cereales (puedes añadirle un puñado de arroz a las lentejas mientras cuecen, tomar unas tostadas de pan normal o pita con humus o acompañar las alubias con una porción de pan, por ejemplo).
Otras recomendación de los expertos es incluir en la dieta abundancia de frutas y verduras. Cuanta más variedad, mejor, pues además de no cansarte de comer siempre lo mismo, podrás aportar a tu organismo mayor variedad de nutrientes interesantes. Procura tomar una ensalada vegetal en la comida o cena a diario y tomar fruta como tentempié a media mañana y a media tarde.
Importantísimos son los desayunos, que se recomiendan sean energéticos y en los que se debe incluir fruta y cereales integrales. ¿La forma de hacerlo? Pues por ejemplo tomando una rebanada de pan de centeno untada con puré de manzana, o preparando un tazón de bebida de arroz con copos de avena, daditos de plátano y moras frescas o acompañando una macedonia de pera y fresas con copos de trigo y arroz inflados, entre otras muchas maneras.