Implementar en tu vida hábitos de vida sana es una buena idea. Por salud y por bienestar. Pero, ¡cuidado! No todo lo que parece sano lo es realmente. Hay falsos mitos muy extendidos que pueden ser realmente perjudiciales. Como estos 6 hábitos que parecen saludables y no lo son.
Hábitos que parecen saludables y no lo son.
Beber tres litros de agua cada día.
El cuerpo necesita agua para funcionar. Y la hidratación es esencial para el óptimo estado del organismo. Pero sin abusar. Beber agua en exceso puede llegar a ser muy dañino para los riñones. Para algunas personas, incluso dos litros por día es demasiado. Ten en cuenta que el estilo de vida, la alimentación y la época del año también aconsejan un mayor o menor consumo de agua.
Ducharte dos veces al día.
La higiene es un hábito de vida saludable. Pero ducharte habitualmente varias veces al día es uno de esos hábitos que parecen saludables y no lo son. Especialmente si el tiempo bajo el agua es prolongado y esta es caliente. La piel sufre mucho y te cargarás rápidamente su barrera protectora. Eso puede afectar a la sequedad que muestre pero también facilitar que sufra infecciones y enfermedades.
Así que valora si debes reducir las duchas. Replantéate si realmente es una medida de higiene necesaria o un hábito perjudicial.
Alimentarte a base de preparados proteínicos.
No, una alimentación saludable no debe basarse en este tipo de preparados. Pueden ser adecuados para ciertas personas en momentos determinados. Pero nunca deben ser la base de una alimentación y sustituir a la ingesta de alimentos dentro de una dieta saludable y equilibrada.
Pasar del sedentarismo al deporte intensivo directamente.
Abandonar el sedentarismo es totalmente recomendable. Pero no de cualquier manera. Existen muchas formas de combatir el sedentarismo en tu día a día de forma saludable. Obsesionarte con el ejercicio y querer pasar del sofá al deporte intensivo es un error muy grave. Tanto, que puede llegar a costarte la vida.
Lo más adecuado es hacer una transición. Y pasarte por un médico deportivo, que haga una prueba de esfuerzo y valore el estado de tu corazón. Te podrá guiar señalándote cuánto deporte puedes hacer o hasta dónde llegar. Y cómo hacerlo sin riesgo.
Beber zumo en lugar de agua.
El zumo nunca debe sustituir al agua. Contiene calorías y, además, concentra los azúcares naturales de la fruta. Puede provocar picos glucémicos. Esto no quiere decir que debas desterrar los zumos para siempre de tu dieta. Puede tomar uno de vez en cuando por placer. Pero nunca usarlos para sustituir al agua como norma. Mejor, consume agua y fruta entera, con toda su fibra.
Prescindir totalmente de las grasas en tu dieta.
Otro de los hábitos que parecen saludables pero no lo son es evitar el consumo de grasas totalmente. Y es que tu cuerpo necesita una cantidad determinada de grasas saludables para funcionar correctamente. Y para aprovechar las vitaminas liposolubles. Así que escoge solo grasas saludables como el aceite de oliva, por ejemplo. Y modera su consumo si estás abusando, pero no la elimines totalmente de la dieta.
Ten en cuenta la importancia de estos hábitos que parecen saludables y no lo son. Te ayudarán a cuidarte y a vivir mejor. Sin falsos mitos que te perjudiquen.