La cosmética antiedad dispone de infinidad de soluciones efectivas tanto para la prevención como para la reparación. Pero es habitual entre las usuarias no saber en qué momento se debe empezar a prevenir, ¿qué edad es la adecuada para empezar a utilizar cosmética antiedad antes de que sea demasiado tarde?
La prevención básica desde la infancia es mejor que cualquier cosmética antiedad.
El manido dicho “más vale prevenir que curar” lo deja claro. Uno de los principales factores de riesgo del envejecimiento cutáneo, además de la propia edad de la piel, es el sol. El fotoenvejecimiento reseca la piel y hace que con el tiempo aparezcan arrugas y manchas. Por ello es importante desde la infancia tomar las medidas adecuadas para protegerse de la acción dañina del sol. Especialmente en verano.
Durante la adolescencia y primera juventud, la cosmética antiedad pasa simplemente por utilizar cremas hidratantes con filtros UV y UVB, evitar la exposición al sol sin protectores con los filtros adecuados. También es importante la utilización de gafas de sol que eviten que se formen arruguitas en las líneas de los ojos, las temidas patas de gallo, que entre otras cosas aparecen por los gestos de contraer los ojos ante un exceso de luz.
Una buena hidratación y una higiene adecuadas también contribuyen a retardar la aparición de los primeros signos visibles de la edad. Así como evitar hábitos como el tabaco y disfrutar de una dieta equilibrada rica en antioxidantes naturales.
La cosmética antiedad primeras arrugas, una solución en torno a los 30.
Actualmente existen infinidad de cosméticos antiedad especialmente diseñados para dar solución a la aparición de las primeras arrugas. Cuando estas son apenas visibles, actúan a la vez de cosmético reparador y de agente de prevención. Cremas, serums, mascarillas y otros cosméticos antiedad de las marcas más diversas y precios muy diferentes pueblan los estantes de las farmacias, centros de belleza y perfumerías.
Hay quienes afirman que este tipo de productos de cosmética antiedad deben usarse a partir de los 25, mientras otros lo alargan hasta los 30. La realidad es que cada persona en función de su genética, su tipo de piel y sus hábitos de vida debe empezar a utilizarlos a una u otra edad. Para salir de dudas lo mejor es acudir a un especialista de confianza y someterse a un sencillo estudio de la piel y de estilo de vida que de respuesta a esta pregunta. También te aconsejará sobre el tipo de cosmética antiedad, si es que la precisas, que te conviene más y te dará unas recomendaciones básicas de hábitos que te interesa implantar en tu vida diaria para disfrutar de una piel joven por más tiempo.
Para las pieles maduras la prevención debe unirse a la reparación.
Las pieles que ya van mosstrando arrugas visibles y las pieles maduras, deben compaginar la cosmética antiedad de reparación con agentes de prevención, siempre a la cabeza de los que están los filtros UV y UVB.
Por supuesto, los hábitos de vida sana son más importantes que nunca a esta edad. Evitar el tabaco, minimizar el consumo de alcohol a un punto meramente ocasional y una alimentación saludable con riqueza de vegetales frescos y antioxidantes naturales, es fundamental para cuidar de la piel.
La hidratación diaria sigue siendo imprescindible para una piel saludable, cuidada y joven.
La cosmética antiedad y los hábitos de vida son las mejores armas para luchar contra el envejecimiento cutáneo. A cualquier edad.
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