¿Te gusta cuidarte y te gastas un montón en productos de bellezas? Te contamos cómo cuidar tu belleza sin gastar mucho dinero; lee aténtamente cada punto porque a partir de ahora podrás seguir cuidando tu aspecto físico gastando mucho menos. Para que puedas ahorrar un dinerito o destinarlo a otro fin que hasta ahora no podías asumir.
1.- Conoce los productos que realmente necesitas. Porque es absurdo gastar dinero en los que no necesitas; incluso aunque gastes la misma cantidad de dinero, invierte en los que de verdad te aporten lo que necesitas. Conoce bien tu tipo de piel y cabello, sus necesidades específicas y olvídate de aquellos productos que no te aportan nada.
2.- Prueba en tamaño muestra o mini talla antes de decidirte a comprar un producto en tamaño comercial. Así, si no te gusta o no resuelve tu problema, no habrás gastado mucho dinero en un producto que no vas a usar.
3.- Aprovéchate de los activos básicos. Algunos como el retinol, la vitamina C o los complejos antioxidantes aportan muchos beneficios a piel y cabellos y no hace falta utilizar grandes avances tecnológicos para desarrollarlos, por lo que productos en base a ellos suelen tener un precio más aceptable.
4.- Cuida de tu exterior a través de tu interior. Aprende cómo puedes a través de la alimentación cuidar tu piel, uñas y cabello, qué alimentos te benefician, y lleva a la práctica dichos conocimientos. Te sorprenderá comprobar lo que una buena alimentación puede hacer por tu belleza.
5.- Utiliza productos de acción global. Te ayuda a tener cubiertas buena parte de las necesidades de tu piel con un solo producto.
6.- Usa productos de tu despensa para tus cuidados de belleza. Sobre todo cuando les quede poca fecha de vida. Así lucharás contra el despilfarro alimentario a la vez que cuidas de tu belleza por muy poco dinero. ¡Doble beneficio!
7.- Estate al tanto de promociones de marcas y perfumerías y utiliza tarjetas de afiliación gratuitas. Es una forma sencilla y muy efectiva de ahorrar dinero en tus compras habituales en cosméticos, maquillaje y productos de higiene personal.
8.- Deja que te conozcan en tus perfumerías más cercanas. O al menos que las conozcas tú para poder estar al tanto de promociones especiales, como sesiones de prueba de productos u ofertas y descuentos, para que puedas recibir muestras de productos (como decíamos en el punto 2, será la manera de saber si te interesa o no comprarlo en tamaño comercial), para que sepan asesorarte adecuadamente.
9.- Utiliza la cantidad de producto que realmente necesitas. No por utilizar más cantidad, el producto resulta más efectivo. Simplemente, estarás gastando innecesariamente producto y, por tanto, dinero, sin que ello repercuta realmente en su efectividad.
10.- Comprueba las fechas de caducidad de tus productos en la tienda y en casa. Al comprar mira la fecha de caducidad o cuántos meses dura una vez abierto para que puedas calcular qué tamaño te interesa comprar; si el más grande sale en principio más económico pero sabes que en ese tiempo de caducidad te sobrará la mitad, seguramente te salga más a cuenta comprar un tamaño menor. Igualmente comprueba en casa las caducidades y si tienes dos productos similares, usa primero el que tenga la fecha de caducidad más cercana.
11.- Conoce y cultivas plantas cosméticas. ¿Sabías que hay plantas muy efectivas para los cuidados cosméticos? Hace un tiempo ya publicamos sobre 11 plantas para el cuidado del cabello y es que en casa y casi sin gastar dinero, dedicándoles un poco de espacio y tiempo, puedes hacerte con productos que te impresionarán por su efectividad para tus cuidados cosméticos.
12.- Prevenir es más económico que reparar. Vamos a verlo con un ejemplo sencillo; si vas a la playa en verano y te quemas la piel, además de lo mal que se pasa, necesitarás aportes extras de hidratación, cremas calmantes y quizá incluso algún tratamiento profesional para eliminar manchas. ¿Cuánto crees que te puede costar en dinero? ¿Y cuánto te hubiera costado aplicarte un protector solar adecuado? Como ves, es muchísimo más barato prevenir que reparar. Este ejemplo puedes ampliarlo a otros aspectos relacionados con la belleza. Notarás la diferencia.
13.- No necesitas una gama de colores inabarcable. Si mantienes un estilo, sabes lo que te favorece y no experimentas con colores a diario, ¿para qué almacenar un montón de tonos de lápices de labios, sombras de ojos o esmaltes de uñas? Respóndete con sinceridad, ¿cuántos usas realmente de forma habitual y cuántos has comprado y usado una sola vez desde entonces? ¿Merece entonces la pena el dinero gastado en colores que casi no has usado?
14.- No dupliques tus productos abiertos. Realmente necesitas tener productos empezados en el neceser de casa, en uno o varios bolsos, en la mochila del gimnasio, en la maleta de los fines de semana…? Corres el riesgo de que se te acaben estropeando por caducidad o desuso casi llenos. Salvo casos contadísimos en que realmente tengas comprobado que su uso casi diario y tamaño hacen que no se te estropee el producto , hazte con un neceser básico que puedas llevar fácilmente en el bolso y puedas cambiar de uno a otro sin problemas. Y no dupliques productos por norma, sin pensarlo.
15.- Utiliza productos de reconocimiento probado. No siempre lo último en cosmética es lo mejor y estarás pagando por la investigación en innovación, el diseño del packaging, los royalties y los anuncios publicitarios. Si estás contenta con un producto a lo largo del tiempo, no lo dejes de lado así como así por la promesa de uno más novedoso que te ofrezca resultados similares.
16.- Busca escuelas de estética en tu ciudad. Quizá no te interesen para todos los tratamientos, pues ciertamente no son profesionales, son estudiantes que aspiran a serlo, pero para algunos tratamientos básicos puede resultarte de interés acudir a ellos, ya que al ser aprendices (siempre con un responsable al cargo), sus precios son mucho más bajos que en un centro de estética convencional.
Y tú, ¿qué más sueles hacer para cuidar tu belleza sin gastar mucho dinero?
