Cuando llegan estas fechas, son muchos los que se preguntan si las vacaciones les traerán un amor de verano y, pasadas unas semanas, no pocos de ellos se preguntan cómo mantener vivo un amor de verano durante todo el año. No existen los milagros y si no es más que una aventura, no hay mucho que hacer, pero si de verdad ha surgido una chispa que ambos quieran mantener encendida, sólo hay que trabajar la relación para afianzarla y que sea algo más que una aventurilla veraniega.
* Querer es poder, pero forzar avoca al final. Y es que, como casi todo en esta vida, lo primero que se requiere es interés. Si por ambas partes existe ese interés en hacer que lo que sólo era un corto idilio sea algo más, ambas tendrán que esforzarse por lograrlo. Pero sabiendo dónde está el límite en tratar de lograr algo y forzarlo. Cuando se trata de amor y relaciones afectivas en general, el forzar las cosas nunca lleva a algo bueno.
* Mantener el contacto a diario, pero sin agobiar. ¿Te imaginas algo que te de más ganas de cortar por lo sano y salir corriendo que estar recibiendo continuamente mensajes, llamadas, whatsapps, emails y/o menciones en redes sociales? Claro que entre ese extremo y el contrario, olvidarse por días de la otra persona sin dar señales de vida, se encuentra el deseable término medio. Una llamada cada varios días (si quedáis en hacerlo a una hora que os venga bien a ambos, mucho mejor), un mensajito el día que no hay llamada, en fin, una cosa natural y moderada.
* Planear próximos encuentros partiendo de fechas concretas. Parece que todo surge mejor si se van enfocando las cosas hacia donde uno quiere, y pensar en el próximo encuentro sin dejarlo del todo al azar, siempre ayuda. Además, gracias a esos encuentros “en persona” se verá si la cosa marcha bien o si es mejor cortar por lo sano y guardar un buen recuerdo de los días de verano.
* Disfrutar de cada nuevo encuentro sin agobios. Sin querer vivir en un fin de semana lo que no se ha vivido en un mes, sin tener que estar pegados como lapas todo el tiempo, sin aprovechar la cercanía para interrogar al otro, husmear en su teléfono móvil y todas esas cosas desagradables que tienen que ver más con las inseguridades propias, los celos enfermizos y la posesión que con el amor.
* El sexo es para disfrutarlo, no para imponerlo. Esto es muy importante porque, ¿necesariamente hay que forzar una relación sexual en el reencuentro si una de las partes siente que no es lo que quiere? ¿Es obligado el sexo telefónico, las fotos comprometedoras, los vídeos subidos de tono? Si no te apetece, no lo hagas, y si la otra persona te fuerza a ello, eso ya no es amor. Tenlo muy presente. Además, recuerda que fotografías, vídeos y demás permanecen y no sabes lo que va a hacer tu pareja con ello, hoy en día o si el día de mañana dejáis de tener una relación. Mucho cuidado con tu intimidad.
* Implícate en su vida, implícale en la tuya, pero con moderación. Si una relación quiere avanzar, debe abarcar diversos ámbitos de tu vida, pero tampoco es plan de correr y querer hacerlo todo en un día. Poco a poco podréis ir conociendo a las amistades de cada uno, sabiendo más del día a día (trabajo, estudios, etc… ), comentando cuestiones importantes para vuestro día a día. Pero sin inmiscuirse demasiado pronto, sin dar opiniones categóricas sobre cuestiones personales. Como se suele decir, ¡mejor deja que todo fluya!
Así que si estas vacaciones surge el amor, mantenlo vivo más allá del verano.
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