Ser parte de una familia no implica tener que hacerlo todo en familia. Ni siquiera las vacaciones. ¿Te has planteado pasar unos días en pareja y sin niños las próximas vacaciones? Hacer una escapada en pareja y sin hijos es algo muy saludable para todos. Especialmente para la relación de pareja.
Por qué es buena idea escaparte unos días en pareja y sin niños.
Para algunas parejas es impensable salir unos días solas, sin niños. Para otras es una necesidad para reconectar y vivir juntos un tiempo que les permita volver a sentirse unidos. En otros casos les parece lógico mantener un tiempo exclusivo para ellos y los planes de pareja, ya que disfrutan haciéndolo y quieren seguir siendo una pareja unida y en conexión también cuando los niños crezcan y hagan sus propias vidas.
Sea como sea, reservar un tiempo para hacer al menos un par de escapadas al año en pareja y sin hijos es una buena idea para no olvidar que, además de ser una familia con hijos y de ser un individuo se es parte de una pareja.
Esto no es solo beneficioso para la pareja. También es positivo para los niños, que van ganando en autonomía. Aprovechar la escapada de los adultos para que los niños disfruten en campamentos o pasen unos días con los primos les ayudará a su independencia. No hay riesgo de desapego, pero sí el valor de vivir experiencias personalmente, al margen de sus mayores. Y que disfruten del sentimiento de reunión tras los días separados.
El vínculo de la pareja no siempre es fuerte. Si no se cuida y mantiene, se debilita. Algunas parejas olvidan mantener y disfrutar ese vínculo, sumidas en la rutina diaria y acorraladas por cuestiones de trabajo, la atención a los niños, sus cuidados. Ahogados por las obligaciones diarias se van encargando por separado de todo sin dedicarse el tiempo y atenciones necesarias para seguir fortaleciendo la relación.
Pasar un tiempo juntos y alejados de estas obligaciones les permite recuperar hábitos tan saludables como hablar y escuchar al otro, divertirse juntos, recuperar la intimidad en un entorno que no les recuerda al día a día.
Una pareja unida no solo es más feliz sino que tiene mayor capacidad de resolver los conflictos que ocasionalmente pueden surgir entre ellos. Y también los que pueden acechar desde fuera y amenazar a la estabilidad personal de cada uno en cuestiones tan variadas como el trabajo, la economía doméstica o relaciones con otros familiares.
Y, por supuesto, también para afrontar sus obligaciones paternas sin que cualquier divergencia de criterios suponga una discusión agria o un cisma.
Si estás planificando las vacaciones, anímate a reservar al menos dos o tres días para una escapada en pareja y sin niños. No tienes que sentirte culpable, no les estás abandonando, solo proporcionándoles otra experiencia vacacional diferente. Y será tan positivo para ellos como para la pareja.