La convivencia a menudo no es fácil. Tampoco en pareja. Pasar de vivir sola o con tus padres a vivir en pareja, es un gran cambio. Sentar unas bases para que la convivencia sea más sencilla desde el principio y a lo largo del tiempo es muy importante. Te contamos 5 cosas que hacer para iniciar una buena convivencia en pareja. No dudes en llevarlas a la práctica.
1.- Dejar claras las cuestiones financieras. El tema del dinero a menudo es espinoso y problemático, sobre todo al principio. Y si hay grandes diferencias entre la forma de manejarlo, más aún. Es decir, si uno tiende a ser ahorrador y otro gastador. También si uno gana mucho más que el otro. Por eso es importante sentarse a hablar sobre ello.
Una forma de organizarse al principio, es mantener cuentas separadas y abrir una conjunta para los gastos comunes. No quiere decir que se mantenga así siempre, pero es una buena forma de comenzar. Así tendréis tiempo de ir encontrando vuestro camino y la forma en que os apetece manejar el dinero juntos sin decisiones drásticas o claramente equivocadas de inicio.
Tendréis que decidir cuánto dinero es necesario aportar a la cuenta conjunta y a qué se va a destinar; gastos de vivienda, luz, comida, etc…
2.- Respetar la privacidad de cada miembro de la pareja. Vivir juntos no significa perder la individualidad ni la privacidad. Cosas como controlar el móvil de tu pareja, fisgonear en sus documentos o papeles, escuchar sus conversaciones, mirar en su bolso/cartera etc… no es de recibo. Es feo y es enfermizo. No debes hacerlo, ni tampoco dejar que te lo hagan.
3.- Organizarse para que cada miembro de la pareja tenga su espacio. Y espacio para sus cosas. Esto no es tan difícil cuando la casa es amplia y ambos llegan juntos a vivir en ella. Pero resulta algo más complicado cuando la vivienda es pequeña. Y no digamos si uno de los miembros de la pareja ya vivía allí antes solo. Deberá cambiar todo de sitio para que la otra persona se sienta bienvenida y parte del hogar y la familia, y no como un mero invitado circunstancial.
Así que es importante que ambos tengáis vuestro espacio y aunque no hace falta ser radical con “por cada centímetro cuadrado tuyo otro mío” hasta el mínimo detalle, si hay que tratar de ser comprensivos y equitativos.
4.- Repartirse las tareas domésticas. Este tema suele ser espinoso. Puede generar discusiones o frustración por tratar de evitarlas a toda costa cargando con el trabajo. Hace un tiempo ya hablamos de tareas domésticas en pareja y cómo organizarse con ellas. Seguro que te ayudará leerlo.
5.- Propiciar el pasar tiempo juntos pero sin desatender la vida social fuera de la pareja. Compartir, siempre que sea posible, la hora de la cena. Es un buen momento para comentar qué tal os ha ido el día y otras cuestiones. También es importante encontrar tiempo para estar juntos durante el fin de semana, sea de descanso o de ocio. Es absurdo vivir en la misma casa y no pasar tiempo juntos.
Pero también tenéis que tratar de dejar algún tiempo para que cada miembro de la pareja pueda socializar fuera de la misma. Un tiempo para charlar con amigos. O para quedar con algún miembro de la familia fuera de las reuniones familiares más concurridas. O para hacer algún curso o actividad a solas. No dejéis de lado esa parcela de vuestra vida.
6.- Aprender a tomar decisiones importantes juntos. Tomar decisiones casi nunca es fácil, sobre todo cuando se trata de temas trascendentales o muy importantes. Pero es necesario. La vida es una continua toma de decisiones. Y muchas de ellas, viviendo en pareja, deben tomarse en pareja. Si eres acomodada, no dejes que otro decida todo por ti y te laves las manos. No tiene por qué cargar con el peso de las consecuencias de su decisión a solas. Ni para bien, ni para mal. Tampoco te dejes mangonear si a tu pareja le gusta decidir todo sin consultar contigo. Tienes el derecho y la obligación de participar, si la toma de esa decisión te afecta y afecta a tu vida.
Y si eres resolutiva, no trates de imponer tu decisión siempre. Escucha. Acepta las buenas ideas y ten en cuenta otro punto de vista sobre las cosas. Consensúa.
Como ves, aunque algunos temas pueden ser espinosos, al final todo es cuestión de aplicar el sentido común y la empatía. Ponerte en el lugar del otro y hacer que tu pareja se ponga en el tuyo. La convivencia comenzará con mejor pie y bases más firmes y sólidas, aplicando estos consejos.
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