El calzado es una gran carta de presentación y un complemento capaz de transformar totalmente un conjunto (para bien o para mal). Pero también es muy importante que sea cómodo pues de ello depende la frágil salud de nuestros pies. No todos los tipos de calzado favorecen a todas las personas, ni son adecuados para todo tipo de prendas, por eso te queremos ofrecer unas ideas que te ayuden a decidirte por aquel calzado que más pueda favorecerte.
Las sandalias de tiras son perfectas para el calor y estilizan mucho las piernas.
Si tienes los tobillos gruesos o eres muy bajita evita las sandalias de pulsera, pero te irán de maravilla si tus piernas son largas y bien torneadas y las luces, por ejemplo, con vestidos tipo cóctel.
Los zapatos de talón abierto son muy favorecedores, pero eso sí, tienes que tener los talones muy bien cuidados. Utiliza un exfoliante y crema hidratante al menos una vez por semana para mantenerlos perfectos.
Los zapatos de salón con tacón de aguja o los estilettos es cierto que alargan las piernas y las hacen parecer más torneadas, pero si eres muy bajita no elijas uno de más de 5cm o parecerá que te has subido a unos zancos.
Los mules de medio tacón son perfectos para el verano, y combinan de maravilla con todo tipo de pantalones y faldas.
Las botas de caña alta son perfecta para otoño e invierno, pero olvídate si tienes las piernas cortas o gruesas, y evítalas con faldas demasiado cortas.
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