Si tienes que planificar las vacaciones en el último trimestre de embarazo no dejes de seguir nuestras recomendaciones para que puedas hacerlo del modo más cómodo y, sobre todo, acertado. Porque disfrutar de las vacaciones en la última etapa del embarazo es más fácil si se planifican bien las cosas desde casa.
* El tipo de vacaciones.
El primer paso para planificar las vacaciones consiste en saber lo que uno quiere o espera de ellas. ¿Quieres que sea un tiempo de descanso y relax antes de la llegada del bebé? Elige como alojamiento un hotel o un apartamento con servicio de limpieza. ¿Estás con marcha y te apetece disfrutar con los amigos o la familia de tu tiempo de ocio? Piensa con quién lo compartirías antes de lanzarte a planificar viajes en grupo. Ten claro lo que deseas para tus días de vacaciones y a partir de ahí podrás empezar a planificar el resto de cuestiones para que sean las mejores vacaciones de tu vida.
* El destino y el viaje.
Si ya sabes qué tipo de vacaciones deseas, es hora de elegir el destino. Pero teniendo en cuenta de que ello implica también el viaje; pensar en un destino relajante en el que el viaje de ida y vuelta sea largo, caótico o peligroso, por ejemplo, no tiene sentido. Si lo que deseas es descansar, quizá no te haga falta irte muy lejos de tu vivienda habitual para hacerlo; ahorrarás tiempo de desplazamientos, dinero, evitarás el trastorno de los viajes largos y tendrás la tranquilidad de no estar demasiado alejada de tu matrona o de tus allegados si te pones de parto.
Entre varios destinos apetecibles, da preferencia al que te posibilite un viaje más cómodo. Y ante viaje cómodo y seguro y viaje corto y seguro elige siempre el segundo.
De entre los diversos medios de transporte, recuerda que los menos indicados para la etapa final del embarazo son el barco y el autobús, y los más recomendados el coche particular y el tren de alta velocidad.
* El alojamiento.
Si la idea es descansar, no elijas un alojamiento que implique trabajo y opta por una hotel o una casa rural en la que se ocupen de la limpieza y demás. O a lo sumo un apartamento o bungalow con servicio de limpieza, siempre que no te ocupes tú de las comidas.
Si la idea es ver cosas diferentes pero poder descansar cuando lo necesites, una buena opción es una autocaravana; si está bien acondicionada para que puedas usarla sin golpearte con los muebles, te resultará muy cómodo.
Si buscas algo a pie de naturaleza y siempre has sido campista, prueba a alquilar cabañas o módulos en algún camping, mucho más cómodo que una tienda de campaña pero en el ambiente que siempre disfrutas.
Después de elegir el tipo de alojamiento y a la hora de concretar, ten en cuenta cuestiones como: el tamaño de las camas, la disponibilidad de una piscina no masificada (la natación es un buen ejercicio durante el embarazo), si dispone de aire acondicionado, la cercanía a un hospital materno-infantil, la disponibilidad de restaurantes variados en la zona (si vas a comer fuera del alojamiento que puedas elegir los menús más saludables y adecuados)…
* El equipaje.
Poco, con ruedas y bien meditado. Elige calzado cómodo y prendas livianas y transpirables, aunque incluyas también algo de más abrigo por si acaso. Haz una lista con todo lo que necesitas y otra con lo que te gustaría meter si tuvieras espacio para ello en tu equipaje; tacha de la primera a medida que lo hagas y si queda espacio para algo de la segunda, genial, pero si no ni te preocupes por ello.
A la hora de la lista de lo que necesitas, haz primero un borrador y luego concreta. Te lo explico con un ejemplo; en el borrador se pondría 3 vestidos de manga corta, en la lista concreta se especificaría el vestido rosa de manga corta, el vestido de flores blanco y rojo de tirantes y el vestido azul playero. Así lo tendrás más fácil y claro a la hora de tener limpia la ropa que te vas a llevar (nada de usarla el día antes de salir de viaje) y podrás ir tachándolo a medida que lo metas en la maleta.
No te olvides de tus medicinas si es que tienes que tomar alguna, de tu expediente médico del embarazo y documentos como el seguro médico y el de viajes.
* La alimentación.
Cuida tu alimentación también fuera de casa. Si viajas a un país en que la salubridad no sea la propia del primer mundo, extrema las precauciones al máximo pero tampoco te confíes cerca de casa y evita chiringuitos dudosos, por ejemplo, o beber el agua en fuentes o manantiales cuya seguridad sanitaria desconozcas.
Si tienes pensado comer y/o cenar varios o todos los días de restaurante, procura elegir sitios limpios y con una oferta variada, relativamente concurridos (no se trata de elegir el más abarrotado, pero si de evitar el vacío que no sabemos si nos va a ofrecer alimentos carentes de frescura) y si tienes acceso a la carta o el menú antes de entrar, que tenga una oferta de platos en la que puedas elegir algo tan saludable como apetecible.
* La posibilidad de que se adelante el parto.
Ten una agenda de teléfonos y direcciones con servicios en la zona en la que vas a pasar las vacaciones referidos a taxis, emergencias, matronas, hospitales, ginecólogos u obstretas… por lo que pudiera suceder. Ya sabes, más vale prevenir que lamentar.
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