La aparición de nauseas y vómitos durante el embarazo, especialmente durante las primeras semanas de gestación, es bastante habitual y hasta el 50% de las mujeres embarazadas los padecen.
Aunque no está muy claro qué provoca este tipo de molestias, se cree que se debe al incremento de las hormonas HCG y de los estrógenos. Por ello estas molestias suelen producirse entre la semana 3 y la 16 de gestación, y se recomienda consultar con el médico si persisten más allá.
También se debe consultar con el médico si el vómito va acompañado de sangre, en caso de que el vómito sea negro y con apariencia de posos de café, si vomita más de cuatro veces al día, si se siente deshidratada o nota una pérdida de peso y en caso de que la preocupación por estas molestias lleve a un estado permanente de estrés o ansiedad.
Es importante si los vómitos se producen con frecuencia hidratarse convenientemente. A veces la mujer no tolera bien la ingesta de líquidos, por eso es tan importante el consumo de frutas y verduras con un alto porcentaje de agua en su composición. También puede aprovecharse de los postres de gelatina elaborados con agua o zumos de fruta.
Para evitar o aliviar en parte estas molestias, hay una serie de cuestiones que pueden aliviarlas. Las comentamos a continuación:
* Comer frecuentemente y en pequeñas cantidades en lugar de tres comidas sustanciosas. Un tentempié sano cada 2 o 3 horas, siempre sin olvidar ningún alimento esencial en la dieta.
* Tomar preferentemente alimentos sólidos, pero sin olvidar hidratarse, como hemos comentado anteriormente, evitando los líquidos de forma especial durante las primeras horas de la mañana.
* Evitar comidas grasientas o excesivamente especiadas, el alcohol y la cafeína.
* Comer diariamente galletas de jengibre. una buena idea es guardarlas en el cajón de la mesilla y tomar una o dos antes de levantarse cada mañana.
* Mejor tomar comidas frías o del tiempo que caliente.
* Mantenerse en reposo cuantas veces lo precise; una buena forma de hacerlo es tumbarse y colocar una almohada bajo la cabeza y un cojín bajo las piernas para tener estas en alto.
* Tomar aire fresco, bien de paseo, bien asomándose a la ventana o con ayuda de un abanico.
* No fumar bajo ningún concepto.
* Evitar los movimientos bruscos, especialmente al levantarse después de estar tumbada, sentada o recostada.
* Evitar comer a la fuerza, ya que puede ser totalmente contraproducente.
* Después de comer sentarse un rato y no cepillarse los dientes de manera inmediata.
Foto by Pixabay
