Se habla poco de la importancia de la salud cardiovascular durante el parto, pero es algo para lo que toda mujer embarazada debería estar preparada. Si lo estás o tienes pensado estarlo, te interesa conocer un poco más sobre este tema. Te lo contamos.
Por qué es importante una buena salud cardiovascular durante embarazo y parto
Durante el embarazo aumenta el volumen sanguíneo en el organismo. Se estima que el corazón bombea, de media, un 50% más de sangre cada minuto durante el embarazo que fuera de esta etapa. Este es uno de los cambios más importantes que sufre el cuerpo de la mujer durante la gestación, y conviene estar preparada para ello. En la recta final del embarazo el útero recibe 1/5 parte del volumen total de la sangre corporal, los latidos por minuto aumentan incluso en reposo y la tensión arterial acostumbra a disminuir. Además, algunos partos especialmente complicados pueden poner en jaque al corazón.
Son cambios importantes para los que el cuerpo debe prepararse, evitando así sufrimiento a la madre y al feto. Pero la prueba de fuego llega durante el parto. Una buena salud cardiovascular es vital para que un nacimiento sin cesárea vaya bien para la madre y el bebé.
El esfuerzo muscular y cardiaco durante el parto es enorme. Hay profesionales sanitarios que lo comparan con correr un maratón. Esto te da una idea aproximada de lo que supone a nivel físico. Muchas mujeres quedan exhaustas tras el parto, pero otras son incapaces de soportarlo. El nivel de salud y resistencia cardiovascular de la mujer en ese momento puede cambiar totalmente la experiencia del parto, y también influir posiitva o negativamente en la salud suya y del neonato.
Qué hacer para tener una buena salud cardiovascular durante el parto
Lo más importante, es estar bien preparada para ello. Si piensas quedarte embarazada, puedes empezar a hacer algún ejercicio físico no drástico ni peligroso para el feto, que te ayude a mejorar tu salud cardiovascular. Nos referimos al tipo de ejercicio que te hace ganar en resistencia y prepara el cuerpo para momento de máxima actividad física.
Durante el embarazo, salvo que el médico lo desaconseje o prohíba expresamente por algún problema concreto, puedes seguir haciendo ejercicio que te ayude a mantener una buena salud cardiovascular. Por ejemplo, puedes hacer bicicleta estática (no de calle porque en esta última existe en riesgo de caídas con el consiguiente peligro para el feto), natación o marcha. Debes evitar el ejercicio físico de alto impacto, eso sí, y consultar siempre al ginecólogo ante cualquier duda.
Prepárate para el parto manteniendo una buena salud cardiovascular durante el embarazo.
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