No es un síndrome ni una enfermedad, pero si es una situación habitual: la mamá primeriza acostumbra a pasar más sueño del que debería. Y esa falta de horas de descanso, esa falta de horas de sueño es también una de las cuestiones que más preocupan y peor llevan las recién estrenadas madres. A la falta de horas de sueño se une que éste casi siempre está fraccionado. Y es que las interrupciones en el sueño nocturno no suelen ser algo que se lleve demasiado bien.
Descansar adecuadamente es importante para la salud, para el ánimo, y para afrontar con fuerzas el día a día. Es posible que estés pensando “si, vale, es muy bonito decirlo pero, ¿cómo hacerlo?”. Tranquila, hay algunas cosas que te pueden ayudar.
¿Eres de las que aprovecha el sueño diario del bebé para limpiar, cocinar o atender a la familia y amigos que llaman al teléfono? No es una buena idea, aprovecha esos momentos para intentar conciliar el sueño, si es preciso, en una habitación diferente a la del bebé: no tengas miedo, no le ocurrirá nada mientras duermes y cuando despertéis ambos estaréis de mejor ánimo para disfrutar de vuestra mutua compañía.
Para que no te persiga la sensación de que deberías estar haciendo algo útil en lugar de durmiendo (como si dormir no fuese útil y además necesario), te proponemos que aproveches mejor el tiempo. ¿Cómo hacerlo? Cuando cocines haz el doble de cantidad y congela parte para otro día, no dejes nada de lo que utilices fuera de su sitio para luego no tener que perder tiempo recogiendo y ordenando, pon la lavadora a funcionar sólo cuando tengas la ropa suficiente para llenarla y encarga la compra por internet para ahorrarte visitas fuera de casa.
En cuanto a las visitas y las llamadas telefónicas, lo mejor es dejar claro a amigos cercanos y familiares que no es el mejor momento para las visitas y que ya les avisarás cuando todo esté mejor. Si se hace con cariño y decisión de seguro no molestará a nadie. Además, cuando descanses, lo mejor es que desconectes los teléfonos para que nadie interrumpa vuestro descanso.
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