Hay hermanos que mantienen desde niños una complicada relación más cercana al odio que al amor. Los motivos pueden ser muchos y variados y en casos extremos será interesante para toda la familia consultar con un profesional. Mientras, es importante saber cómo potenciar el amor entre hermanos. Te damos 7 sencillas pistas para comenzar.
1.- No hagas comparaciones entre ellos. Nada hay que genere más resquemor que se comparen los comportamientos, la forma de ser, las notas o el aspecto físico entre hermanos. Es algo que hay que evitar a toda costa porque no es bueno para ninguno de los dos; ni el que sale bien parado en la comparación, ni el que sale mal parado, y es fatal para la relación entre ambos.
2.- Juzga a cada uno por si mismo y no frente al otro. Emparentado con el punto anterior: cuando alguno de tus hijos/as haga algo cuestionable, cuando estés midiendo su capacidad para alguna cosa o habilidad concreta, cuando te refieras a su personalidad, júzgalo y mídelo sobre si mismo, si ha mejorado o empeorado o si puede hacer más de lo que hace o se supera fácilmente a base de tesón, pero nunca lo hagas frente al otro.
3.- En las discusiones o peleas, no presupongas culpas. Escucha ambas versiones y no necesariamente en un careo, también puedes escucharlas por separado. Y si vas a imponer un castigo o una carga o tienes muy claro quién es culpable o no cargues culpas en uno simplemente basándote en quién suele ser el culpable o en de quién esperas que tenga mayor grado de responsabilidad. El castigar igual a ambos tampoco suele ser la mejor ideas; puedes hacerlo en una ocasión concreta, pero no como norma, ya que si uno de ellos paga siendo inocente demasiadas veces, verá cómo va generándose en él cierto resquemor hacia el otro.
4.- Estimula los gustos y la personalidad individual de cada uno. Aunque compartan habitación o lleven el mismo modelo de jersey, es bueno que les diferencias como individuos, cada uno con sus gustos y su personalidad propios y que apoyes esas diferencias y les apoyes a crecer como personas en función a su personalidad. Es más fácil que se lleven bien siendo diferentes que si han de ser iguales o pensar igual por obligación.
5.- Realizad actividades divertidas en familia. Pasar tiempo de calidad en familia es muy importante, entre otras muchas cosas, para afianzar los lazos afectivos entre los miembros de la misma y para crear recuerdos de momentos felices vividos juntos. Todo ello ayudará mejorar la relación entre hermanos y potenciar la parte positiva de ello, hará crecer el amor fraternal. Tenlo muy en cuenta antes de que sea demasiado tarde.
6.- Reparte equitativamente las obligaciones domésticas. A veces se tiende a cargar más al más mayor o al que tiene más predisposición a colaborar, y no debe ser así. Sobre todo en el primer caso, la edad no debe hacerle tener que dedicar más tiempo a tareas domésticas compartidas, sólo que por lógica el menor tenga tareas más sencillas, pero no más cortas. Hay cosas como que cada uno eche su ropa sucia al cubo correspondiente o que prepare su propia mochila para clase que aún con diferencia de edad pueden compartir, en cuanto el menor sea capaz de hacerlo y aunque lo haga peor.
7.- No les obligues a tener las mismas aficiones ni los mismos amigos. Si, es más cómodo que ambos vayan a las mismas actividades extraescolares y compartan amigos, pero no es justo para ninguno de los dos; mal está si ambos tienen que participar en la actividad que gusta al otro a la fuerza, pero mucho peor que uno se quede sin la que quiere y el otro si tenga acceso a la que le gusta. Desde luego la falta de justicia no generará precisamente buen rollo entre ellos no sólo en el momento sino, sobre todo, con el transcurrir del tiempo.
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