Existen muchas razones para elegir un destino rural de vacaciones familiares. Sobre todo si partimos de una ciudad grande o mediana. Estas son solo algunas de ellas, pero son razones relevantes para toda la familia.
1.- Un estilo de vida diferente abre la mente de niños y adultos.
Pasar de una vida urbana a unas vacaciones rurales hará que padres e hijos disfruten de un estilo de vida distinto al acostumbrado. Estos cambios ayudan a desconectar y abren la mente a otras realidades. La vida cotidiana transcurre a otro ritmo y hasta la rutina es diferente. Y todo ello resulta educativo para los peques y enriquecedor para la familia.
Elegir un destino rural de vacaciones familiares contribuirá a que cada miembro de la familia aprenda a ser más empático y a apreciar mejor modelos de vida y formas de ser con las que habitualmente no se trata.
2.- La tranquilidad ayuda al descanso y el desestrés.
Es importante aprovechar las vacaciones para disfrutar de un buen descanso. Esto no quiere decir estar todo el día tumbado aunque si sientes que lo necesitas puedes hacerlo. Pero la tranquilidad y el silencio nocturno ayudan a que la mente y el cuerpo se relajen. Unos días de verdadero descanso durante las vacaciones familiares ayudarán a todos.
Poder desestresarse no es algo que vendrá bien únicamente a los adultos. Los pequeños también ganarán en energía y bienestar después del descanso profundo y de calidad.
3.- Aprender a apreciar la naturaleza no tiene precio.
Y el entorno rural es perfecto para ello. El amor por los animales, el respeto al entorno o los cambios en la naturaleza se ven con mayor claridad en un entorno rural que en un entorno urbano. Un destino rural de vacaciones familiares permitirá a los pequeños aprender la importancia de cuidar del medio ambiente y de respetar plantas y animales de modo mucho más claro y profundo. Porque formará parte de sus vivencias y su experiencia vital.
4.- Vivir el tiempo de ocio de otra manera enriquece.
En el ámbito rural no hay cines, cadenas de comida rápida ni otras atracciones propias de la vida urbana. A cambio hay otras formas de divertirse propias de cada lugar que es interesante descubrir y disfrutar. Las actividades cotidianas, los juegos infantiles y el ocio adulto es diferente. Merece la pena vivir los planes campestres con ganas. E incluir en nuestras vidas una vez de vuelta a casa aquellos que nos hayan hecho disfrutar especialmente.
5.- La aventura y la libertad de los peques ayuda a su desarrollo.
Un destino rural de vacaciones familiares permite dejar cierta manga ancha a los peques. Siempre con seguridad y dependiendo de su edad y forma de ser. Pero esa mayor libertad general mejora su autonomía y ayuda a su desarrollo como persona.
La aventura temprana y la libertad propia de vivir un verano en un pueblo es una experiencia que permanece toda la vida. Y que difícilmente puede darse en la actualidad en entornos urbanos. Es pues un punto importante a tener en cuenta al planificar las vacaciones. Las experiencias que vivirán tus hijos son únicas. Y les acompañarán toda la vida.
6.- Vivir las vacaciones con menos necesidades materiales ahorra dinero.
Y enseña que vivir sin necesidades consumistas es posible. No quiere decir que unas vacaciones rurales no impliquen gasto. Pero las llamadas al consumo descontrolado son mínimas. Y muchas formas de ocio no precisan de dinero extra.
7.- Evitar la masificación mejora el bienestar de las personas.
Hacer colas a diario, vivir rodeado de voces y gente y ver peleas por el espacio de una toalla o por una mesa mejor en un local, no es lo más adecuado para el bienestar. Evitar la masificación mejora la vida. No acumula estrés y favorece unos días de vida tranquila. Aunque esté llena de actividades físicas.
8.- Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas es una valiosa lección vital.
Es evidente que eso puede enseñarse también en un entorno urbano. Pero será muy fácil de aprender en un destino rural de vacaciones familiares. El sabor de unas moras silvestres. La belleza de una puesta de sol. El poder ver las estrellas e incluso aprender a guiarse por ellas. El placer de comer o cenar al aire libre. Son algunas de las cosas pequeñas cosas y actividades de gran valor que se pueden disfrutar en un pueblo o en el campo. Apreciar que hasta lo más pequeño puede valer su peso en oro es una gran lección vital.
9.- Disfrutar al aire libre es un lujo para los niños urbanos.
Mejora su vida y su salud. Les ayuda a ganar bienestar y energía. Y es algo que no puede vivirse de igual modo en la ciudad. Poder correr, saltar, jugar en un amplio espacio limpio durante buena parte del día es enriquecedor y saludable.
10.- El aire puro mejora la salud de toda la familia.
Respirar aire limpio de toxinas y polución es una de las grandes razones para elegir un destino rural de vacaciones familiares. Mejorará la salud y el bienestar de todos los miembros de la misma. El sistema inmunológico y el respiratorio son los que más lo notan, pero no los únicos. El sistema nervioso mejora, se relaja y revitaliza. El aire limpio del campo contribuye a equilibrar las funciones corporales y favorece la eliminación de toxinas. Y mejora el estado de ánimo gracias a la mejora hormonal.
Un entorno limpio y si es posible cerca de un entorno boscoso será una gran elección como destino vacacional. Pasear por el bosque aporta muchos beneficios al organismo que es interesante aprovechar.
Estas son algunas de las muchas razones para elegir y disfrutar de un destino rural de vacaciones de verano. Si aún te quedan días libres, no lo dudes más.
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