Te damos 9 consejos para llevar a tu perro a la nieve. Para que la experiencia de pasar uno o varios días en un entorno nevado, si el perro no está acostumbrado a ello, sea positiva y ambos tengáis ganas de repetir. Porque los buenos momentos, si son compartidos con tu fiel compañero, valen doble.
1.- Ten en cuenta el tamaño, raza y hábitos de tu perro. Lógicamente un perro grande, de una raza habituada a la nieve con samoyedos o huskys, tendrán menos dificultades para moverse por la nieve que razas enanas que pueden verse completamente cubiertos por ella. Utiliza el sentido común para planear unos días en la nieve. Teniendo esto en cuenta, podrás intuir si tu perro será de los que disfruten más saltando y corriendo en un terreno nevado o dentro de tu bolso y en un hotel o casa rural cerca de la chimenea (también mucho cuidado con ella).
2.- Protege adecuadamente sus almohadillas. Es importante sobre todo que evites que trocitos de hielo las dañen. Si tu perro tiene pelo largo entre los dedos lo adecuado es cortárselo para que la nieve no quede entre ellos. Si tiene las uñas largas, igualmente deberás cortárselas para que pueda agarrarse con más facilidad al terreno.
Existen botitas para la nieve. Puedes probar a ponérselas, pero no esperes a llegar a tu destino vacacional, antes deberás ponérselas una o dos semanas a ratitos en casa para que se acostumbre a ellas. Presta atención para que no le queden muy prietas. No todos los perros las tolerarán, pero si ves que las acepta bien y tienes pensado hacer largos recorridos por zona de nieve y hielo, no es un objeto snob, es algo que puede facilitarle el día.
No te olvides de llevar contigo n bálsamo hidratante adecuado para sus almohadillas. Aplícaselo antes de salir a la nieve. Como con las botas, lo ideal es que antes de tu viaje se lo apliques en casa durante una o dos semanas, para que se vaya acostumbrando.
3.- Seca su pelo cuidadosamente. Sobre todo si es de una raza no acostumbrada a la nieve y el frío, que no cuenta con protección natural. Lleva una toalla en la mochila o bolso para él, y puedes llevar otra en el maletero del coche. Seca especialmente bien la zona de las orejas y la interdigital.
4.- Protégele con ropa si es necesario. No todos los perros la precisarán pero si es friolero o de pelo cortito, seguramente la necesite para mantenerse en una temperatura adecuada sin bajar hasta la hipotermia. De todos modos vigila sus movimientos y si ves que se paraliza o que tiembla, ponle a resguardo.
5.- Evita que se deshidrate. Puede sonar curioso hablando de estar en la nieve, pero no es una tontería. Caminar por la nieve puede suponerle un esfuerzo extra y también lo hará la diversión de saltar por ella, por lo que necesitará beber. Lleva un pequeño recipiente y una botella de agua en la mochila y ofréceselo tan a menudo como si fuese pleno verano.
6.- No dejes que coma nieve bajo ningún concepto. Puede estar contaminada con sal o con algún líquido anticongelante, sobre todo en carreteras. Tienen tendencia a lamerla, y además algunas zonas tratadas son muy peligrosas porque hay componentes anticongelantes de sabor dulce. Si empieza a vomitar o su comportamiento es errático o anormal, deberás llevarle a un veterinario porque puede ser una intoxicación por una sustancia anticongelante.
7.- No le dejes suelto salvo en una zona vallada. Puede perderse al estar en un lugar desconocido, en el campo al marchar tras algún animal o intrigado por algún sonido. Puede ser muy peligroso si termina perdido en una zona de nieve y bajas temperaturas, sin alimento y sin nada que le oriente. Siempre que puedas llévale con correa, aunque puede ser extensible, y no está de más ponerle un collar y un arnés o chaleco reflectante para ubicarle más fácilmente y para que no sea atropellado en caso de escaparse y hacerse de noche..
8.- No te olvides de su cartilla médica y/o pasaporte. Lo necesitará en caso de que surja algún problema, para entrar en ciertos lugares o si vas a la nieve a otro país, incluso cruzando una sola frontera en coche.
9.- Si tienes que dejarle tiempo solo, hazlo con todas las garantías para su seguridad. Si estás en un hotel rural y no puedes meterle en el comedor. Si vas a esquiar y le dejas sólo en una casita o apartamento. Son lugares desconocidos para él. En el primer caso puedes dejarle en el coche pero con todas las garantías para su salud y seguridad, o hacer turnos con otros amigos para entrar al comedor y ocuparos de los perros. En el segundo caso, comprueba que en la estancia no haya elementos peligrosos para su integridad, ni lugares por los que pueda salir al exterior y perderse.
Puedes buscar una guardería canina en la zona donde dejarle a ratos bien cuidado o acudir a un establecimiento hostelero pet friendly, que no se limite a dejarte alojar a tus mascotas, si no que sea verdaderamente un lugar feliz para ellos.
¿Preparado para llevar con toda la seguridad a tu perro a la nieve?