Te contamos 13 motivos por las que un niño debería convivir con un perro. Si estás dudando si traer un perro a la familia, puede ayudarte a tomar una decisión saber cómo beneficiará eso a tus hijos.
1.- Aprenderá el valor de tener un amigo incondicional. Eso será el perro para el niño y será algo que siempre aprecie y de lo que aprenda a ser también él para los demás, un amigo en las buenas y en las malas.
2.- Aprenderá a ser responsable. Sabrá que el perro necesita cuidados, lo que puede o no dejarle comer, con qué debe tener cuidado… al responsabilizarse de ello en cierta medida, aprenderá el valor de ser responsable en general, lo importante que es serlo. Algo que se puede enseñar de otros modos, pero que con un perro lo aprenderá rápidamente y por la vía práctica, que es lo que hace que perduren en el tiempo las enseñanzas.
3.- Ayuda a reducir la soledad y es un compañero de juegos. Hoy en día muchos niños se ven sin compañeros de juegos fuera de las horas de clase, un perro, incluso el más manso, será una buena compañía. Aunque estén tranquilamente sentados en el sofá, estarán juntos. Y esa sensación de acompañamiento y camaradería es muy positiva para los peques.
4.- Ayuda a su mostrar su afectividad. No todos los niños/as la muestran fácilmente, pero con un perro es casi imposible no mostrarla; el perro demanda cariño, mimos, caricias… y es una buena forma de que los peques se suelten a mostrar su afectividad y a recibirla.
5.- Mejora la calidad de vida y la salud de los niños. El pasear al perro, por ejemplo, ya sirve para que caminen, un buen ejercicio y hábito a tomar desde la infancia. Pero además hay estudios importantes que revelan que la convivencia entre niños y perros mejoran el desarrollo del sistema inmunitario de los niños.
6.- Incrementa en los peques la sensación de seguridad. Les hace sentirse acompañados, seguros y protegidos con su sola presencia. Y eso es fundamental para sentar las bases de su futura personalidad adulta.
7.- Ayuda a favorecer la empatía. Ponerse en el lugar del otro es mucho más fácil de aprender conviviendo con un perro. Ser consciente de sus necesidades, de su humor de cada momento, de su personalidad y de las ganas de hacer o no algo que tenga en un determinado momento, ayuda a entender que tenemos que saber ponernos en el lugar de los demás y a cómo hacerlo.
8.- Enseña a valorar la fidelidad. Y a practicarla. ¿Porque qué hay más fiel que el cariño de un perro? Es algo que al convivir con ellos se percibe y aprecia cada día.
9.- Ayuda a reconocer y comprender la vida. Cuestiones que a priori no son sencillas de enseñar a niños/as pequeños como la vida, la muerte, la crianza, al enfermedad y la curación, etc… se entienden mejor cuando se convive con mascotas.
10.- Enseña a valorar y querer a otras especies. Quien ama a un perro y lo valora aprenderá a valorar a otros animales, a entender que todos formamos parte del mundo y a todos los seres vivos se les debe respetar.
11.- Ayuda a los niños en su aprendizaje diario. A lo niños más pequeños en aprendizajes básicos de la vida pero también a los no tan chiquitines en aprendizajes llamémosles intelectuales; que el niño lea a cuentos a su mascota, que ayude a calcular la dosis de una medicina en un momento dado, que lleve la cuenta de cuántos premios ha comido en un mes anotando y sumando los de cada día… son pequeñas cosas que le pueden ayudar a mejorar en su aprendizaje escolar.
12.- Ayuda a mejorar las habilidades sociales del niño/a. Cuando sacamos a pasear al perro, éste siempre quiere socializar con sus congéneres y eso nos ayuda a conocer a otras personas, sus dueños, así el niño puede relacionarse con personas de diferentes edades y saber cómo hacerlo con cada una de ellas, siempre bajo nuestra atención y cuidado, y sabiendo qué le permitimos o no ante desconocidos.
13.- Aprende a acatar normas. Igual que el perro aprende a acatar normas sencillas, el niño aprende que por el bien del perro también debe acatar otras (llevarle de la correa, no darle de comer cosas que le hagan daño, etc..) y que cada acción tiene una consecuencia. Eso puede extrapolarlo a otras facetas de la vida, y está muy bien (y, de hecho, es recomendable) que se cuestione las cosas pero que una vez sabiendo los porqués de cada norma y valorándolo, sepa por si mismo cuáles son las que debe acatar.
Foto by Pixabay