Por desgracia es bastante habitual que encontremos en el mercado alimentos de buen aspecto pero escaso sabor. son habituales las frases "los tomates ya no saben a nada", "las peras ya no tienen el sabor de antes"…
Muchas veces por desconocimiento ni siquiera echamos en falta ciertos sabores; no se puede echar en falta lo que nunca se ha conocido. Otras, tenemos que conformarnos con lo que hay si en un momento no disponemos de la alternativa sabrosa, y no nos queda más remedio que tratar de sacar sabor de donde no lo hay. Es en estos segundos casos, en los que nos encontramos entre manos con un producto de escaso sabor y queremos que tenga un poco más de chispa, donde tenemos que recurrir a añadidos o preparaciones que saquen lo mejor de si y al menos no nos dejen con la sensación de que nos hemos alimentado pero no hemos disfrutado de la comida. Y para lograrlo, aquí van algunas propuestas a las que quizá tengas que recurrir más pronto que tarde.
* Melón. Un melón insípido es un sufrimiento, porque normalmente es un alimento que disfrutamos más sólo que como ingrediente para otras preparaciones. Puedes sacarle partido cortado muy fino y aderezado con sal, pimienta negra, unos hilos de un buen aceite de oliva virgen extra hojiblanca y una fina picada de hierbabuena fresca, servido como aperitivo o entrante. La sal y la pimienta potencian su sabor y el aceite y la hierbabuena lo completan.
* Sandía. Una sandía escasa de sabor nos causa el mismo problema que el melón por idéntico motivo. Un poco de azúcar suele subirle el punto de sabor, así que una buena idea para sacarle partido es preparar un licuado de sandía y zanahoria (2 partes de la primera por una parte de la segunda), añadirle por cada vaso una cucharadita de azúcar y puedes mezclarlo con un chorretón de gaseosa.
* Tomate. Si has comprado una buena cantidad de tomates y compruebas que no saben prácticamente a nada, una buena forma de subir su punto de sabor es cortarlos por la mitad y cocinarlos sobre una plancha de cocina bien caliente con un chorrito de aceite de oliva, y un toque de orégano seco o ya en el plato de albahaca fresca.
* Piña. Si te toca una piña sosa, seguramente te cabree tanto como cuando me pasa a mi. La mejor forma de potenciar su sabor y sacarle partido es rebozarla en azúcar moreno de caña y caramelizarla sobre una plancha de cocina o con un soplete de cocina. Puedes tomarla tal cuál o acompañarla con un yogur de coco, que le va de maravilla.
* Pescado blanco congelado. Muchas veces nos venden filetes a los que parece imposible sacarles sabor. Una buena idea es marinarlos en una mezcla de cebolla blanca y roja picada, ajo machacado, zumo de limón o naranja, aceite de oliva y pimienta blanca y luego cocinarlos a la plancha o al horno (en este caso con los mismos ingredientes de la marinada).
Foto by Pixabay