Hay platos clásicos que son tan deseados como temidos por quien quiere mantener una dieta ligera o baja en calorías. Algunos son imposibles de tocar sin que pierdan sabor y textura, pero otros se pueden hacer más ligeros sin detrimento de su sabor. Hoy te contamos cómo aligerar algunos platos clásicos y seguirlos disfrutando.
* PIZZA.
Seamos sinceros; la pizza puede llegar a ser una bomba calórica, pero no necesariamente. Existen formas de comer pizza sin sumar muchas calorías y no nos referimos a hacer raciones del tamaño de una nuez, sino a elegir las versiones más ligeras y sabrosas de este plato.
Puedes usar una base muy fina o sustituir la tradicional masa por una rebanada de pan de pueblo no muy gruesa, sustituir la salsa de tomate por tomate fresco rallado o en daditos, e incluso por tomate triturado. Rebajar la cantidad de queso y/o usar uno menos graso de lo habitual. Utilizar ingredientes frescos y magros para montar la pizza; por ejemplo vegetales como el pimiento, el calabacín o un puñado de rúcula fresca para disponer sobre la pizza al sacarla del horno. Mejor tiras de carne magra que embutidos como el bacon, el chorizo, el salami o el peperoni. Evita o reduce las cantidades de elementos más calóricos como las aceitunas o las anchoillas en conserva.
* HAMBURGUESAS.
Una buena hamurguesa de carne de calidad no es por si misma una comida muy calórica, pero si al referirnos a hamburguesa queremos decir un bocadillo de hamburguesa con un montón de cosas entre pan y pan, entonces la cosa ya cambia. Pero que no cunda el pánico; además de sacarla de su pan y dejar sólo la parte inferior del mismo a modo de base, hay otras formas ricas de aligerarla, empezando por usar una carne magra y sana.
El acompañamiento es el que mayor peso tiene en las calorías que podemos sumar o restar a nuestra hamburguesa; huye de las salsas grasientas como mostazas de baja calidad, mayonesas o similares, prefiere un huevo a plancha o escalfado que uno frito, mejor prescinde de los aros de cebolla fritos o de la cebolla confitada y sustituyelos si acaso por ruedas de cebolla asada o a la plancha, puntos a favor de vegetales frescos como hojas de lechuga o ruedas de tomate, los vegetales asados como pimientos, ruedas de berenjena o de calabacín, también son buenos acompañamientos, así como las setas a la plancha.
* TORTILLA DE PATATA.
Es un clásico que al ir la patata y la cebolla confitadas, absorve mucha grasa que ingerimos nosotros después. Así, lo ideal es preparar de otro modo la patata con la cebolla; en el microondas y en la olla a presión se puede lograr el mismo sabor del confitado con una cantidad muchísimo menor de aceite, sin necesidad de añadir agua ni de usar patatas cocidas que, hay que reconocerlo, dejan mucho que desear en cuanto al sabor final de la tortilla.
* LASAÑA:
Elige las versiones más ligeras; sin bechamel, con tomate concassé o salteado antes que en salsa, rebajando la cantidad de queso, evitando los sofritos en la mezcla interior, procurando que la carne picada sea magra o sustituyendo ésta por un relleno de vegetales asados.
¿Preparada para aligerar tus platos?
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