Los distintos estilos de vida que existen pueden ser tantos como personas habitamos en el planeta. Pero en realidad, hay algunos que están muy extendidos y que, aunque adaptado a cada persona o familia, reúnen unas características que permite clasificarlos bajo un mismo nombre o denominación.
Estilos de vida
Muchos de ellos son estilos de vida saludables, y generalmente se adoptan de forma consciente. Otros, no. Aunque en este caso es más habitual que se sigan por impulso o rutina, sin pensar en ello. No obstante, ni siquiera los primeros se deben convertir en una obsesión o llevarse al extremo, pues al final puede ser perjudicial para la salud física y mental.
Estilo de vida fitness
Adoptar un estilo de vida fitness es una opción en alza. Cada vez más mujeres se unen a esta forma de vivir que incluye una alimentación saludable, una actitud positiva y una vida físicamente activa con la práctica de deporte o ejercicio físico específico para mantenerse en forma.
No tiene que ver con pasarse la vida en el gimnasio, con competir a nivel atlético ni con ejercitarse únicamente a nivel de tonificación muscular. Sino con vivir de una forma más sana y activa. Si el úncico fin es la estética puede pasar a convertirse en un problema para la salud mental.
Estilo de vida mindfulness
Quien lo sigue aboga por la consciencia del momento y la experiencia que está teniendo. Pasa por aceptar el momento presente, el aquí, el ahora, sin enjuiciar las sensaciones, emociones y sentimientos que genera. La meditación, la aceptación de uno mismo y la práctica de ejercicios o disciplinas para mejorar el bienestar físico y mental son actividades cotidianas para quienes siguen este estilo de vida.
No tiene que ver con no prevenir de cara al futuro en cuestiones como la salud o la economía personal, sino más bien con no sacrificar el presente arraigándose a lo ocurrido en el pasado o por miedo a un futuro hipotético.
Estilo de vida natural o ecológico
Quien lo sigue, prima la elección de lo natural, lo ecológico y sostenible siempre que sea posible y en todos los ámbitos: alimentación, planes de ocio, opciones de movilidad…
También trata de forma consciente de reducir su impacto ambiental tomando decisiones en favor del planeta a la hora de realizar actividades cotidianas como el cuidado personal o del hogar. E incluso está presente al elegir cómo vestir en movimientos como el upcycling y la moda ética.
La reducción de las necesidades materiales para reducir el consumo de recursos naturales es otro de sus principios.
Minimalismo y desapego
Vivir con poco, reducir las necesidades materiales, alejarse del consumismo, simplificar, enfocarse en lo esencial y vivir sin atarse emocionalmente a objetos materiales son algunos de los principios de este estilo de vida.
El minimalismo como forma de vivir permite una buena flexibilidad y capacidad de adaptación al no sentir ataduras hacia lo material. También permite enfocarse en cuestiones importantes primando estas sobre los bienes: la salud, la amistad, la espiritualidad o la intelectualidad, por ejemplo.
Estilo de vida yóguico
Aprender y hacer yoga y practicar meditación a diario es solo parte de las bases de esta forma de vivir. La perseverancia, la consciencia y la espiritualidad así como la alimentación saludable también forman parte de ella.
Cuidar la paz interior es tan importante como cuidar el cuerpo físico, según estos principios. Cultivar la moderación en todos los ámbitos, incluido el consumismo, es clave. Y también nutrir la mente según los principios de la filosofía del yoga que se relaciona en gran medida con el budismo no a través de la fé sino de la experiencia.
Hiperproductividad y excelencia: existencia orientada al éxito laboral y financiero
El estilo de vida que prioriza la hiperproductividad y la excelencia no es precisamente saludable. Pero no se puede obviar que existe y que en ciertos ambientes se valora positivamente.
Está muy bien ser trabajadora, inconformista y buscar superarse y ser mejor en el ámbito en el que te lo propongas. Pero sin caer en lo enfermizo. El nivel de autoexigencia que implica priorizar el éxito laboral y económico puede generar grandes frustraciones cuando no se alcanzan los objetivos impuestos, pues no todo depende de la buena voluntad y acciones de la persona para lograrlos.
Los factores externos existen y se puede llegar a un grado de infelicidad fatal para la salud mental. Especialmente cuando para alcanzar esos objetivos se sacrifican aspectos importantes para la persona que pasan a un segundo plano porque son incompatibles con el principal.
Con mucha frecuencia genera estrés y altas expectativas difíciles de conseguir. Pero aún es peor cuando se alcanzan y la ambición por superarlo se desata, pues se puede entrar en un círculo vicioso muy peligroso para la salud física, mental y emocional.
Modo de vida hedonista
No es de otro tiempo la búsqueda del placer como fin y fundamento de la vida. Es un estilo de vida que aún existe. Podría pensarse que para llevar este tipo de forma de vivir se requiere disponer de una posición económica muy holgada, pero no es así necesariamente porque el placer se puede llegar a encontrar en pequeñas cosas cotidianas y no necesariamente en grandes lujos.
Cuando la búsqueda de este placer es egoísta, se acaba cayendo en actuaciones tóxicas y el aislamiento y los problemas acaan surgiendo de modo inevitable. Cuando la búsqueda de ese placer tiene como finalidad mejorar la vida colectiva, se suele tratar de personas que se implican en causas sociales relevantes.
Hipersocialización
El ser humano en esencia es social, pero cada individuo puede serlo o no en diferente grado. Para algunas personas, la hipersocialización es un estilo de vida del que no pueden prescindir. Necesitan de forma constante estar rodeadas de otras personas y participando en actividades que implican socialización. No saben vivir consigo mismas y tienen pánico a la soledad.
Si bien socializar es algo positivo, esa necesidad constante de gente alrededor y validación social no es saludable.
Preparacionismo
Es un estilo de vida que tiene en cuenta de forma relevante en su día a día la probabilidad de eventualidades que cambien la sociedad tal y como es en la actualidad. Y, por tanto, son individuos que se preparan de forma constante para afrontar esos posibles escenarios futuros de modo que sean capaces de sobrevivir en circunstancias difíciles.
Las potenciales eventualidades que tienen en cuenta los preparacionistas son múltiples. Guerras, holocaustos tecnológicos, perturbaciones sociales, colapsos económicos o catástrofes naturales están entre ellos.
En su vida cotidiana toman decisiones que implican tener en cuenta esa probabilidad y llevan a cabo planes o actividades que les ayuda a estar más preparados para esos potenciales escenarios futuros. Por elo habitualmente se ejercitan físicamente y se preparan a nivel mental. Además suelen disponer de una vivienda adaptada a sus creencias y les gusta adquirir conocimientos teóricos y prácticos sobre técnicas de supervivencia.
Si se lleva a la obsesión, puede convertirse en un problema y provocar aislamiento social. A nivel equilibrado, es un modo de vida que puede llegar a ser saludable, especialmente cuando se logra una buena conexión con la naturaleza, se trabaja el equilibrio mental y se hace un uso limitado de los recursos naturales, moderando las necesidades materiales.
