Llegadas estas fechas es momento de planear fiestas y cenas de empresa. Te contamos cómo sobrevivir a una fiesta de empresa y poder llegar al trabajo con la cabeza bien alta a partir de entonces.
1.- Recuerda que lo que ocurre en una fiesta de empresa, permanece todo el año.
Esto no es las Vegas y aquí nada se olvida. Todo permanece. Seamos claros, no solo si la fastidias de alguna manera te lo recordarán por los siglos de los siglos, es que probablemente habrá quien ande a la caza de las meteduras de pata ajenas y las propagará con saña. Así que procura no meter la pata y si lo haces, que sea lejos de móviles y cotillas, por favor.
Cotillas aparte recuerda que tus compañeros no son tus amigos, por más majetones que sean la mayoría. Para sobrevivir a una fiesta de empresa debes tenerlo siempre presente y evitar ponerte en evidencia de ninguna manera. Discreción debería ser tu apellido y máxima tu nombre. Para fiestas de verdad, ya tendrás mejores planes y compañías en otras ocasiones.
2.- Especialízate el sutil arte del escapismo.
¿Que el baboso de turno se te acerca? Escapa. ¿Que el plasta tiene ganas de charla? Escapa. ¿Que a alguien le apetece hablar de trabajo? Escapa. ¿Que el cotilla tiene ganas de despellejar compañeros? Escapa. Si quieres sobrevivir a una fiesta de empresa, ante cualquier atisbo de peligro o encerrona, escapa.
Elaborar una lista de excusas te vendrá bien. Desde el “tengo que ir al baño”, al “hola Menganito” más clásicos, a formas más elaboradas que vengan bien al caso y lugar en el que se desarrolla la fiesta.
3.- Controla lo que bebes, porque las copas las carga el diablo.
Es imposible tratar de sobrevivir a una fiesta de empresa y pimplarse una copa tras otra. Controla, porque las copas las carga el diablo y a saber lo que puedes hacer o decir si se te sube el alcohol a la cabeza. Puede que te de llorona, por convertirte en el alma de la fiesta o por pasarte de sincera y decir lo que piensas de algunos de los últimos acontecimientos habidos en el trabajo.
Ante todo, mantén el control de tus propias acciones.
4.- Una cena de empresa no es para lucir palmito.
Mona sí, pero sin dar la nota. Ni te pases de moderna, ni de sexy, ni de informal, ni de glamurosa. Sentido común y un siempre aconsejable, en estos casos, término medio.
5.- Evita los temas espinosos y polémicos.
Si los evitas todo el año, no caigas ahora. Para sobrevivir a una fiesta de empresa evita hablar de política, religión y fútbol. Eso como mínimo. Si son temas de por si polémicos, con los ánimos exaltados y alguna copa de más pueden convertirse en una auténtica bomba de relojería. Sobre todo si es el jefe el que los plantea. Así que si te pregunta a bocajarro, escapa por la tangente o atragante con lo que tengas más a mano. Y a otra cosa, mariposa.
6.- Recuerda que cuando acabe la fiesta tendrás que volver a enfrentarte cada día a tus compañeros.
Así que ligues, cotilleos, movidas y demás permanecerán en la memoria de todos. No te dejes llevar y evita cualquier situación inapropiada o susceptible de ser malentendida. Te ahorrarás muchos disgustos a posteriori.
7.- El bailar te puede condenar.
No se trata de que no bailes, pero sí de que no lo hagas ni con cualquiera ni de cualquier manera. No es el momento para bailar sexy como harías entre amigos. Ni es aconsejable bailar una lenta con el ligón del curro o el baboso de turno al que se le van las manos. Así que evita disgustos, malos entendidos y cotilleos y ante la duda, alega dolor de pies maldiciendo los tacones.
Sobrevivir a una fiesta de empresa es posible pero como ves tiene mucho de pasar desapercibido y otro mucho de saber driblar al contrario. Seamos sinceros, salvo contadas excepciones una fiesta de empresa no es para divertirse; es una obligación laboral más que conviene afrontar con la mente clara. Y para divertirte, ya habrá otros muchos días y ocasiones durante el año.