La amistad es un concepto que no es igual para todas las personas. Hay quien a cualquier conocido que se encuentra habitualmente le llama amigo, y otras que se cuidan mucho antes de denominar amigo a cualquier relación. Sea como sea es muy posible que te preguntes cómo ser una buena amiga.
Las relaciones interpersonales a menudo son complejas y la amistad también puede serlo. Sobre todo si la forma de ser de cada una es muy diferente, se tienen intereses distintos o si se quiere mantener la amistad pero la distancia o la forma de vida va separando vuestros caminos.
Estas claves para ser una buena amiga te ayudarán a darte cuenta de si estás actuando para ser el tipo de amiga que deseas ser. Y también a identificar quién llamándose amigo no actúa en realidad como tal. Y en ambos casos podrás decidir qué quieres cambiar para mantener o dejar de lado esa amistad.
Cómo ser una buena amiga: claves y consejos esenciales.
Demuestra interés por la vida de tus amigas incluso cuando no dispones de mucho tiempo.
La amistad es diferente a los 15 que a los 40 o a los 65. Las obligaciones de la vida son distintas, en qué emplear el tiempo libre también. Pero siempre hay lugar para que tus amigas sepan que o siguen siendo.
Habrás unos años en los que quizá no puedas quedar a menudo. En algunos casos, la distancia física incluso puede hacerlo totalmente imposible. Pero si sigues mostrándote cercana e interesándote por cómo le va la vida puedes conservar esa amistad que tanto aprecias y que no quieres perder.
Si no tienes tiempo para citas o llamadas largas, hay otras opciones. Un breve intercambio de mensajes para manteneros al día de vuestras vidas y contaros lo que os preocupa, sin necesidad de que tengan que ser respondidos al instante. Una postal en vacaciones o en Navidad. Una llamada por su cumpleaños. Mantén el contacto e interésate por su persona, pues es lo que hace una buena amiga.
Escuchar, clave si te planteas cómo ser una buena amiga.
Hablar está bien pero escuchar está mejor. Una persona incapaz de escuchar a otra no puede llamarla amiga. Y, sobre todo, cuando te cuente algún problema o preocupación, escucha sin juzgar.
Respeta el tiempo y la vida de la otra persona si quieres ser una buena amiga.
La exclusividad no es propio de una amistad sincera. Pasada la adolescencia imponer tu presencia o reclamar el tiempo que quizá a la otra persona le cueste disfrutar es egoísta. Si eres una buena amiga, comprenderás que el tiempo y cómo lo emplea cada persona es algo personal sobre lo que no debes opinar y, menos aún, por lo que enfadarte.
Compaginar aficiones, familia, pareja y/o hijos si los hay, trabajo o estudios y otras muchas tareas, obligaciones y actividades es complicado. Para unas personas más que para otras, ya sea por incapacidad para organizarse o por las circunstancias. Sea como sea, cuando no se llega a todo, lo último que se necesita es que las amigas reclamen tiempo o traten de imponer sus criterios sobre cómo emplearlo en tu vida.
El respeto es esencial para una amistad en todos los aspectos, incluidos estos.
Sé sincera pero da tu opinión solo si te la piden.
La sinceridad y la honradez son básicas y no debes dejarlas de lado si te preguntas cómo ser una buena amiga. Pero ser sincera no equivale a dar tu opinión cuando no te la piden. Si no te preguntan sobre su aspecto físico, como educar a sus hijos, cómo actuar con su pareja o familia, qué hacer en el trabajo y en tantos ostros aspectos, no des consejos, directrices u opiniones alegando sinceridad.
Que una opinión sea sincera no la hace más válida. Y opinar de lo que no se te pide opinar es una intromisión que, precisamente, puede llegar a costarte una amistad.
La lealtad es imprescindible en una buena amistad.
Si no eres leal no te puedes llamar buena amiga. La traición en todos sus aspectos es algo que nunca debe estar presente entre amigas. Así que si te planteas cómo ser una buena amiga, asegúrate de no ser desleal.
Desvelar confidencias, secretos o hablar sobre la vida de tu amiga con otras personas, también es un acto de deslealtad. No lo olvides.
Anima cuando lo necesita.
No todas las personas saben ser positivas. Quizá sea tu caso, y entonces tendrás que hacer un esfuerzo extra para ser positiva y animar a tu amiga cuando lo necesita. Quizá sea el caso de tu amiga, y te resulte complicado tener que ser positiva siempre porque invariablemente cada vez que os veis o habláis necesita ánimos.
No dejes que se hunda en la tristeza, ayúdale a encontrar el camino hacia la mejora anímica.
Pero ese positivismo real, que contribuye a mejorar y alivia no se debe confundir con ese falso positivismo que se aleja de la realidad y no aporta, que es un cliché, de pega. No tienes que decir “todo va a salir bien” si no es así. Acompaña y no aumentes su malestar, miedo o tristeza. A veces el positivismo es solo no dejar a la otra persona hundirse en lo negativo, en los malos momentos.
Alégrate de lo bueno que le pase en la vida, si de verdad te planteas cómo ser una buena amiga.
La envidia es una gran enemiga de la amistad. Si le va mejor que a ti o consigue logros a los que aspiras sin conseguir, alégrate por ella. Y si no puedes hacerlo sinceramente, tendrás que plantearte si eres la persona que quieres ser y cómo llegar a serlo.
No te conviertas en la protagonista de su vida.
Ella es la única protagonista de su vida. Así que no quieras ser, como se suele decir, el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro. Deja que protagonice su vida, que viva y disfrute sus buenos momentos. Y que decida en cada momento con quién y cómo quiere compartirlos. Que en lo bueno y en lo malo sea la dueña de su vida.
Plantearse cómo ser una buena amiga ya denota interés por serlo. Pero no te quedes ahí. Esforzarte por lograrlo es el mejor signo de trabajo para mantener una amistad toda la vida.
