Si vives en una zona con un clima complicado, si viajas mucho y en ocasiones te has visto envuelta en caravanas de varias horas o has visto complicado el circular por el estado del tiempo y la carretera, si te estresa la posibilidad de verte envuelta en algo así, si eres de las que piensa que más vale prevenir que lamentar, si sueles viajar con niños o mascotas durante el invierno… tener durante toda la temporada una mochila de emergencia en el maletero, será una buena idea.
Organizar una mochila de emergencia es muy sencillo, sólo tendrás que hacerlo una vez durante el otoño y salvo que te sea necesario usarla, te olvidarás del tema hasta el regreso del buen tiempo. Imprímete esta lista y empieza a meter todo lo necesario para evitar que una nevada inesperada o una larga caravana un día de lluvia o nieve, se convierta en un problema grave. Y recuerda que un kit de primeros auxilios o botiquín de viaje debe formar parte del equipaje de tu vehículo durante todo el año.
Cadenas.
Sean las clásicas, las llamadas de tela o las líquidas, si vives o sueles viajar por una zona en la que la nieve es algo relativamente habitual en ciertas épocas del año, no deben faltarte. Precaución ante todo.
Una botella de agua mineral de litro y medio.
O 3-4 pequeñas, de las de medio litro, si te resulta más cómodo. En caso de una parada prolongada obligada o de accidente, que no te falte lo más básico. Es especialmente importante si viajas con mascotas o con niños; en el primer caso incluye también un recipiente donde puedas ponerle el agua que necesite.
Manta o mantas de viaje.
Son básicas, imprescindibles en caso de accidente durante cualquier época del año y muy especialmente cuando llega el frío. En caso de una caravana larga o de un corte de carretera imprevisto serán la manera de calentarse sin tener que tener el motor permanentemente encendido, así que escoge una manta o mantas que verdaderamente den calor y no sean una simple tela que ocupe espacio.
Alimentos energéticos.
Paquetes de frutos secos, chocolate, barritas de cereales… alimentos que no se estropean fácilmente, que tienen una larga fecha de caducidad, que se comen bien sin necesidad de prepararlos de ningún modo y que aportan energía y nutrientes aún en poca cantidad. Los frutos secos, por supuesto, sin sal. Lo ideal es tener más de un paquete de menor tamaño, mejor que sólo uno grande (por variedad, porque en caso de que se estropease sería como no tener nada…). En caso de viajar habitualmente con mascota, por supuesto, añadir un paquete de comida adecuada para él.
Calcetines de repuesto.
Gruesos. Con los pies calientes, el cuerpo se mantiene caliente, pero tener que estar horas con calcetines mojados no es saludable. Es fácil en caso de nevada o de lluvias fuertes que se te empapen los pies y mantenerlos secos y calientes es muy importante, más allá de la mera comodidad. Si no sueles viajar sola y te parece demasiado tener varias tallas de calcetines, tira siempre hacia la talla grande, tendrá mayores posibilidades de uso.
Linterna con pilas.
En caso de accidente o de quedarte sin batería, te puede ser más útil de lo que piensas. Las hay que no necesitan pilas porque se cargan cinéticamente y son una maravilla; además suelen ocupar poquísimo espacio.
Cargador de coche para el móvil, de repuesto.
Uno que tengas siempre en el coche para casos de necesidad.
Cafés instantáneos autocalentables.
Hoy en día hay varias marcas que comercializan este tipo de bebidas que se calientan solas sin necesidad de una fuente externa de calor. Pueden ser muy prácticas y ayudarte a mantener caliente el cuerpo y a la vez a mantenerte despierta.
Unas bolsas de plástico, de las que se usan para los bocadillos, y unas gomas.
Para guardar documentos y que no se empapen, para ponerse en los pies y que no se mojen… Son muy útiles y te pueden venir muy bien para tu mochila de emergencia
Foto by Pixabay /// Infografía: El Jardín de Venus
