Te contamos cómo organizarte cuando tu dormitorio es tu despacho. Cada vez son más las personas que trabajan desde casa, y si tu lugar de trabajo coincide con tu estancia de descanso, debes organizar bien en lugar para concentrarte bien en el primero y disfrutar del segundo. No dejes que te venza el caos, sólo hace falta seguir unas sencillas pautas organizativas.
1.- Ten siempre todo limpio y en orden. Antes de ponerte a trabajar, ten la cama hecha. Nunca dejes la ropa tirada, ni siquiera sobre una silla. Cuando vayas a dormir, no tengas la mesa de trabajo repleta de trastos, agendas abiertas y cuadernos apilados. Así no te distraerás en el trabajo con las cosas de casa ni en tu tiempo de descanso con los asuntos laborales.
2.- Si te tienta la cama, hazte con un biombo. También si cuando te tumbas a dormir piensas demasiado en el trabajo. Separar ambos espacios aunque sea con un sencillo biombo te puede ayudar mucho más de lo que parece. Elige uno que sea fácil de mover, por ejemplo que tenga ruedas y se doble de forma sencilla, para poder variar su uso y ubicación siempre que lo necesites.
3.- Móntate un archivo bajo la cama. Puedes organizarlo en cajas con ruedas de cierre hermético, que puedas guardar y sacar con facilidad y cómodamente. Así podrás tener a mano tus papeles y cosas de trabajo pero dejándolo recogido y sin que esté a la vista todo el día y toda la noche.
4.- Ventila adecuadamente la estancia. Vas a pasar muchas horas en ella, así que si no quieres que el aire esté viciado y enfermar, tienes que ventilarla bien. Piensa según tu horario de descanso y trabajo qué hora es la más adecuada para abrir las ventanas y que además no te suponga un gasto extra en calefacción. Quizá lo mejor sea ventilar mientras desayunas y luego afrontar el día o hacerlo al mediodía, a la hora de comer.
5.- Aprovecha la luz natural siempre que puedas. No sólo por ahorrar dinero, también por salud mental. Procura que la zona de despacho sea la más cercana a la ventana o ventanas y la de descanso esté en la parte más oscura de la habitación.
6.- Divide tu armario claramente entre cosas de trabajo y cosas que no lo son. No mezcles ropa y cuadernos, por ejemplo. Separa los estantes, puertas o cajones dedicados a tu vida personal y a tu vida profesional.
7.- Nunca dejes los objetos laborales en la mesilla de noche. Agendas, pen drives, cuadernos… No es plan de que se te vaya el pensamiento a lo que tienes pendiente en lugar de descansar adecuadamente. Un sitio para cada cosa y cada cosa en su lugar.
8.- Sal de la estancia y de casa todos los días un rato. Imponte la obligación y airéate; puedes aprovechar para airear también la estancia al mismo tiempo. Baja a por el pan, date un paseo o tómate un café en una terraza, lo que sea, pero desconecta o tu dormitorio-despacho te acabará pareciendo una cárcel.
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