Guía de protección infantil para el verano

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Guía de protección infantil para el verano

El verano es para los más pequeños de la casa tiempo de juegos, diversión y disfrute. Pero también es una época en la que debemos protegerles de peligros propios de la estación. En esta breve guía de protección infantil para el verano, podrás encontrar consejos para prevenir dichos peligros y hacer que el verano no se vea empañado.

* PROTEGERSE DEL SOL.

 El sol puede ser tanto una bendición como un elemento peligroso. La piel delicada de los niños y sus ojos, sobre todo, deben ser objeto de prevención para evitar problemas, que pueden llegar a ser graves.

Para proteger la piel, existen diversas cremas protectoras especialmente formuladas para niños (incluso bebés). Las hay hipoalergénicas, pero si tenemos dudas, un día antes de exponer al niño al sol, se puede probar sobre una pequeña parte de la piel para comprobar que realmente no le hace daño. El FPS debe ser +30, preferiblemente de +50 que hoy en día es muy fácil de encontrar en diversas marcas comerciales tanto de farmacia como de perfumería o de supermercado. Es importante que sea resistente al agua si se va a estar en una piscina/playa/pantano/río, etc… 

Pero la crema no lo es todo, también hay que ser un poco cuidadoso y evitar estar expuesto al sol en las horas de máxima radiación solar que normalmente coinciden con las horas centrales del día.  

Entre las novedades para protección solar de los últimos años, están las camisetas especiales para niños que los protegen den los rayos UVA mientras se bañan y también las sombrillas anti rayos UVA, que puede resultarte interesante ya que la mayoría de sombrillas dan sombra sin proteger de estos rayos. No son productos caros y la protección y tranquilidad que te dan son grandes.

En cuanto a la vista, los ópticos y oftalmólogos alertan de problemas debido a quemaduras solares en las retinas. Desde hace unos pocos años ya es posible encontrar en ópticas gafas de sol homologadas para niños de todas las edades, incluidos bebés de pocos meses. Es importante tenerlo en cuenta porque los daños en la retina pueden ser tanto a corto como a largo plazo. No juegues con la salud ocular de los pequeños de la casa y asegúrate de que sus gafas cumplen con la normativa vigente, pues en caso contrario pueden ser más los daños que los beneficios.

Del sol también hay que proteger la cabeza, evitando insolaciones, tan peligrosas. 

* PROTEGERSE DE LA DESHIDRATACIÓN.

Hidratarse por dentro y por fuera es vital para todos, muy especialmente para los niños. Para hidratarse por fuera, hay que aplicar una crema hidratante infantil después de las exposiciones al sol o tras el baño diario. 

Hidratarse por dentro es imprescindible para evitar problemas graves. Es necesario ofrecer agua cada poco rato a los pequeños, evitar los aperitivos y comidas excesivamente saladas  e incluir algún zumo natural a media mañana y a media tarde, junto con el almuerzo o la merienda.  Los vómitos y diarreas pueden ser un síntoma de deshidratación a los que prestar mucha atención.

* PROTEGERSE DEL AGUA.

Cada año mueren en España entre 70 y 150 niños por ahogamientos en piscinas, mar, embalses… Y más del 85% de los casos ocurre en recintos privados. No hay que confiarse y si tienes piscina en casa, cierra las peurtas de acceso al exterior con llave y guárdala bien lejos de su alcance, pues la mitad de los menores víctimas de ahogamiento fue visto dentro de la casa la última vez, antes de producirse el accidente.

Cuidado también con los llamados  cortes de digestión. Aunque proliferan quienes creen que es un mito del pasado, lo cierto es que es un hecho probado que cuando el organismo está haciendo la digestión y se sumerge en agua fría, se produce un déficit de sangre en el sistema digestivo, debido a que ésta se desplaza hacia la piel para equilibrar el cambio de temperatura y, entonces, se puede producir un corte de digestión. El corte de digestión puede quedarse en vómitos, calambres y escalofríos o ser tan grave que provoque un paro cardiaco y, en consecuencia, la muerte. 

Lo más efectivo para evitar el corte de digestión, es no bañarse hasta pasada hora y media o dos horas después de la comida. Pero precauciones como sumergirse poco a poco en agua caliente, mojando codos, pies, cuello, etc… antes de sumergirse totalmente en el agua puede ser suficiente en la mayor parte de los casos. Eso si, evitar siempre entrar de golpe en el agua fría, incluso aunque no se haya comido, porque el síncope de hidrocución (su nombre científico) no afecta sólo durante la digestión. 

* PROTEGERSE DE HONGOS Y BACTERIAS.

Hay ciertos hongos, virus y bacterias que proliferan sobre todo el verano y de los que hay que tener la precaución de protegerse. 

Para evitar los temidos hongos en los pies hay que evitar andar descalzos en el césped y en zonas comunes de baño de piscinas (también en las duchas), extremar la higiene evitando restregar la piel en exceso para no destruir el manto ácido natural protector de la piel, cambiarse diariamente de calcetines y secar bien la piel tras el baño, sobre todo en los pliegues entre los dedos. Y a la primera sospecha de que algo no va bien, acudir al pediatra.

Para evitar salmonelosis y otras intoxicaciones alimentarias, hay que ser radicalmente cuidadoso con la higiene en la cocina, muy especialmente con los huevos (limpieza, frescura, cuidado con las temperatura…) pero también con las carnes y en general con toda la comida, para evitar contaminaciones cruzadas. 

Si vas a comer fuera de casa y el local que has elegido en un principio te da mala espina o vislumbras alguna práctica que te haga dudas de su higiene, corta por lo sano y sal de allí. ¿Que te da vergüenza? Recuerda el dicho popular; más vale una vez rojo, que ciento amarillo. O lo que es lo mismo, más vale pasar vergüenza un rato que pasar por una salmonelosis después. 

 

Foto by Pixabay

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