La salud de los más pequeños de la casa nos preocupa durante todo el año, pero es en los meses de invierno cuando más cuidado hay que tener para protegerles de resfriados, gripes y otras enfermedades que hacen su particular agosto los meses fríos. Así que aquí van 7 consejos para prevenir la salud de los peques en invierno, fáciles de llevar a cabo y muy prácticos y efectivos.
7 consejos para prevenir la salud de los peques en invierno
1.- Protege sus oídos del frío y el viento. La temible otitis y otras enfermedades se pueden prevenir con una correcta protección de los mismos frente a agentes externos, tapándolos (sin apretar) con un gorro, una bufanda o hasta con orejeras (cuidado con los materiales). Si las prendas se mojasen por la lluvia o el viento, procura cambiarlas y tener siempre de repuesto a mano en estos casos para poder cambiársela.
2.- Evita los cambios bruscos de temperatura. En la medida de lo posible, evítalos o minimízalos, poniendo y quitando ropa de abrigo según convenga. Si, es un rollo, pero es una de las medidas preventivas más importantes que podemos tomar para proteger la salud de los niños en invierno.
3.- Hidrátale frecuentemente. Tendemos a pensar que la hidratación es cosa del calor y del verano y a menudo no le damos la importancia que tiene durante el resto del año. Evita que el agua que beba esté fría y recuerda que hay otras formas de hidratar el organismo como a través de caldos y sopas, que sientan especialmente bien en los días más fríos del año.
4.- Sécale bien el pelo y los oídos tras el baño. Los momentos posteriores al baño son los más propensos para coger frío en casa, así que es en los que hay que tener más cuidado y especialmente importante es que queden bien secos los oídos y el cabello.
5.- Dale frutas y verduras frescas a diario. Si no las come bien tal cuál, siempre puedes recurrir a licuados o a batirlas con yogur, en el caso de las frutas, y a añadirlas a los sandwiches para la merienda, en le caso de verduras como lechuga, tomate o zanahoria rallada, por ejemplo.
6.- Enséñale la importancia de lavarse las manos frecuentemente. A través de ellas es como más se propagan los gérmenes (por el contacto con otras personas o cosas contaminadas), luego las manos tocan un alimento, van a la boca o a los ojos, y llegan los problemas. Sin obsesionarse, si que es importante lavarse las manos con agua y jabón varias veces al día, cuanto menos antes y después de cada comida, después de jugar o tocar animales domésticos y tras usar el baño.
7.- Enséñale a taparse la boca al toser y estornudar. No sólo es un hábito educacional, también de salud. Debe hacerlo con la mano ahuecada, de modo que no le impida toser o estornudar pero sin que deje que salte saliva, flema o mucosidades fuera. Luego, como decíamos en el punto anterior, debe lavarse las manos o, si en ese momento no dispone de un lugar para hacerlo, limpiarlas con una toallita o pañuelo. Si lleva guantes, lo ideal es lavarlos y cambiarlos tan frecuentemente como la ropa interior.