Estamos ya al inicio de la temporada de guisantes frescos. Un auténtico manjar que merece la pena probar cuanto antes ya que además de sabroso y saludable tiene una temporada muy corta. Estas son algunas cuestiones que debes tener en cuenta al cocinar con guisantes frescos.
1.- No merece la pena comprar guisantes de temporada muy grandes.
Aquí el tamaño importa, pero a la inversa. Es decir, no interesa comprar guisantes frescos de gran tamaño. Es innegable que pueden resultar atractivos a la vista, pero el ojo es una cosa y el paladar es otra.
Este tipo de guisantes son mucho más sabrosos y tiernos pequeños. Su textura cambia, su sabor también e igualmente las formas de cocinado ya que si son muy gordos tendrás que cocerlos y los más tiernos con unos segundos de escaldado, un breve salteado o incluso crudos en diferentes tipos de preparaciones están estupendos.
2.- Cocina los guisantes frescos el tiempo justo.
Si te pasas de cocción, arruinas el plato. No dejes que sucumban a la mala costumbre habitual de cocinarse de más. Lo breve, si bueno, dos veces bueno. En este caso una cocción corta es lo ideal. Si vas a cocerlos o escaldarlos, siempre en agua hirviendo con sal para enfriarlos de golpe seguidamente. En salteados, no utilices temperaturas excesivamente altas.
3.- No enmascares su delicado sabor natural.
Cocinar guisantes frescos ofrece multitud de posibilidades de acompañamientos y técnicas para usar. Pero te recomiendo que no los enmascares. Son un manjar es una verdadera pena que pierdan su gracias y sabor natural ocultos bajo capas de sabores que no le aportan gran cosa. Deja que sean los protagonistas y elige alimentos que los acompañen y realcen sin ocultar su sabor.
4.- Recuerda: los guisantes frescos tienen un alto porcentaje de desperdicio.
Si compras guisantes frescos con su vaina para desgranarlos en casa ten en cuenta que se quedarán, aproximadamente, en menos de la mitad de su peso. Y que el peso aproximado de una ración de guisantes para una persona es de unos 150-175gm. Así que multiplica para saber cuánto necesitas realmente. Y añade un puñado más, por si acaso.
Esto también es importante desde el punto de vista económico, cuando calcules cuánto te costarán por ración. Sobre todo si te parece que están a un precio prohibitivo, cosa que ocurre demasiado a menudo con los mejores.
5.- Cocina los guisantes el mismo día que los compres.
Los guisantes frescos son un alimento que pierde con las horas. Aprovecha su frescura y cocínalo cuanto antes. Si tienes la suerte de disponer de ellos en tu huerto o jardín, cosecha y cocina; es un lujo que te puedes permitir. En el caso de que los compres en el mercado, lo ideal es que los cocines el mismo día y no demores más su consumo. Merecerá la pena.
Aprovecha la corta temporada de los guisantes frescos y disfruta de todo su sabor. Son un manjar de primavera que merece la pena degustar.