9 sencillos hábitos para evitar correr cada mañana

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9 sencillos hábitos para evitar correr cada mañana

Nada hay más estresante que comenzar el día corriendo como liebre sin cabeza. Ese agobio de buena mañana (y muchas veces además se ha corrido en vano) repercute en el humor de buena parte del día, en la salud física y mental y en el rendimiento laboral (en el caso de los niños, en el académico). También influye y mucho en que al final del día estemos agotados; si se ha empezado así de mal, ¿cómo puede terminarse bien?

¿Se puede comenzar la mañana sin correr? Si, rotundamente si. Puede que un día por circunstancias especiales, haya que echar alguna carrerilla pero por supuesto que lo normal y deseable es comenzar la mañana sosegadamente y sin prisas. Y para lograrlo sólo hay que convertir en habituales una serie de pasos; cuando ya sean un hábito, verás que todo era mucho, muchísimo más fácil de lo que parecía.

Con estos 9 sencillos hábitos instalados en tu vida, correr cada mañana ya sólo será un mal recuerdo.

* Deja la mesa del desayuno preparada desde la noche anterior. Cuando recojas la cocina, no dejes la mesa vacía, pon en ella todo lo necesario para el desayuno del día siguiente excepto lo que tenga que estar en la nevera. Lo ideal sería que cada semana se encargase un miembro de la familia. El trabajo es el mismo por la noche que por la mañana, pero el esfuerzo no, y esos minutillos ahorrados de buena mañana se agradecen mucho.

* Si hay niños en casa, una de sus tareas debe ser dejar preparado desde la noche anterior todo lo que necesitarán para el día siguiente; mochila del cole, ropa y zapatos. Pueden dejar las mochilas  y el calzado que usarán en la entrada de casa bien colocados para que nadie tropiece con ello y la ropa en una silla o perchero en el dormitorio.

* Si el uso del baño es un problema, organizar turnos y penalizar al que no los respete o premiar su buen uso. 

* Adelanta 5 minutos el despertador. Puede que los primeros días notes que te faltan 5 minutos de descanso pero el empezar el día con tranquilidad, sin prisas, sin carreras, sin gritos y sin estrés bien valen esos cinco e incluso cinco más si fuesen necesarios. Estaréis todos mucho más descansados y relajados, verás cómo merece la pena. 

* Cada miembro de la familia recoge sus cosas; el pijama se dobla y guarda o se echa al cubo de la ropa sucia, sus cacharros de desayuno se llevan a la fregadera o lavavajillas, el peine, colonia y cada elemento de higiene se vuelve a dejar en el lugar del que se ha cogido… Son unas normas básicas de educación, organización y respeto hacia los demás que se deben aprender desde niños y mantener durante toda la vida. Cuesta lo mismo dejar un peine en su estante que en el lavabo, por ejemplo, y así todo quedará recogido y nadie tendrá que ir agobiado y corriendo detrás para dejarlo bien o salir de casa con la sensación de haber dejado todo manga por hombro. 

* Dejar preparado del día anterior la comida del recreo o del trabajo, de tal manera que sólo sea necesario cogerla y llevársela. 

* Prohibido encender los teléfonos móviles antes de salir de casa. Esto vale tanto para los adultos como para los adolescentes o jóvenes si tienen teléfono propio. Evitarás que se despisten con mirar mensajes y demás asuntos de buena mañana e incluso harás que alguno haga las cosas sin rechistar para terminar cuanto antes y poder encender su teléfono muy pronto. 

* Si tu problema es que de buena mañana andas despistada, haz una lista permanente de cosas que hay que hacer o coger cada mañana, cosas cotidianas de todos los días y plastifícala para luego sujetarla con imanes en la nevera o apúntalo en una pizarra de cocina. Cada día podrás marcar un punto cuando algo ya esté hecho o añadir algo especial que no se debe olvidar al día siguiente, así antes de salir de cada podrás repasar si falta algo. 

* Pon un despertador en la entrada de casa para que suene cinco minutos antes de la hora a la que es conveniente salir. Será una llamada de atención para no despistaros y saber que ya hay que empezar a ponerse en marcha, calzarse, abrigarse  y a la calle. Los primeros días es preferible que quede algo sin hacer (sin recoger, sin fregar, sin guardar) que salir tarde; en pocos días podréis ir ajustando los tiempos y haciendo que estas acciones sean un hábito, de manera que ya no te pillará el tren salvo en ocasiones muy excepcionales.

 

Foto by Pixabay

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