En muchas ocasiones nos encontramos con viviendas que tienen metros cuadrados aparentemente perdidos; bajos de escaleras en desuso, descansillos demasiado grandes, pasillos más anchos de lo normal… Sin embargo lo que en principio puede ser un punto negativo a la hora de decidirnos por una vivienda puede ser transformado en algo positivo. En el caso que nos ocupa, pasillos más anchos de lo habitual y oscuros (sin ventanas propias o casi), hay muchos modos económicos y sencillos de sacarle partido. En casas muy grandes, quizá no se sienta ese espacio como perdido, pero si las piezas de la vivienda son pequeñas, se hace imprescindible tratar de aprovechar esos metros cuadrados para la vida cotidiana y que no sean sólo un espacio perdido.
Para empezar, un pasillo ancho es una ventaja si un miembro de la familia tiene que utilizar silla de ruedas. En ese caso poder moverse con facilidad, girar sin problemas, es primordial y lo mejor que se puede hacer es dejar el pasillo limpio, tal cuál, sin ningún mueble añadido (al menos a la altura en que pueda molestar).
Pero si afortunadamente no es tu caso, aquí van algunas ideas de cómo sacarle partido a un pasillo de este tipo.
* Ampliar la zona de entrada para hacerla más práctica. Mejor del mismo lado de la puerta de acceso a la casa que frente a ella, para que sea algo más privado. En plan moderno y desenfadado puedes poner un banco zapatero para cambiarse el calzado al llegar o salir de casa y tras él, en alto, unos colgadores para dejar abrigos, bolsos, etc… O en un estilo más elegante pero con la misma utilidad, un diván y un baúl que haga las veces de zapatero.
* Ubicar un espacio de lectura. Si no dispones de ello en alguna de las habitaciones, puedes colocar un sillón (incluso puede ser un sillón-cama para si un día necesitas camas extras), un diván e incluso en plan más informal un par de pufs cómodos y una mesita o una estantería. Lógicamente esto te obliga a poner una lámpara de pié o una iluminación adecuada, pero puede ser un rincón acogedor y agradable para leer sin quitar sitio en las habitaciones.
* Habilitar un espacio de trabajo o estudio. Si la anchura es suficiente como para colocar un escritorio (les hay que pueden recogerse cuando no se utilizan, si tienes dudas de si estorbará o no) y una silla cómoda. Ya sólo necesitas una iluminación adecuada para tener un lugar extra donde utilizar el ordenador, hacer los deberes u ocuparte del papeleo habitual.
* Usarlo como lugar de almacenaje extra. No de cualquier manera, claro, pero si puedes poner estanterías para libros, bancos de almacenaje (sirven para sentarse pero dentro pueden guardarse incluso objetos voluminosos; puedes ser tan osada de poner uno junto a la puerta de cada cuarto, si el espacio es tan generoso como para que no dé sensación de abarrotamiento, y así que cada miembro de la familia emplee el suyo como mejor le convenga), cajones con ruedas para revistas o juguetes…
* Montar un mueble bar. Según el espacio del que dispongas, puedes optar por un sencillo aparador en el que guardar botellas y cristalería o decantarte por una auténtica barra de bar (las venden pequeñas y coquetas). Si te gusta recibir amigos, puede ser una buena idea para situar junto al salón, el comedor o la cocina.
* Mesitas auxiliares. Nunca sobran y si son coquetas y combinan, pueden tener muchas utilidades; cerca de la entrada, para dejar un vaciabolsillos y la correspondencia, en mitad de la casa para tener siempre a mano un supletorio inalámbrico del teléfono fijo, cerca del salón para las revistas del mes, etc…